Por: Carlos Ernesto Severino Valdez
Comisionado Especial para el Desarrollo Sostenible de Vieques y Culebra
La tarde, muy calurosa por cierto, adelantaba el éxito de la noche. Más de 150 personas se dieron cita en la sala de usos múltiples en Isabel II, en Vieques, para disfrutar de una sensación muy poco usual en la isla: una noche de cine. La ocasión era para disfrutar, nada más y nada menos, que el exitoso filme puertorriqueño, Broche de Oro de Raúl Marchand Sánchez.
La antesala a la archiconocida producción fue un documental evocando los recuerdos, románticos algunos, del último cine que hubo en Vieques hace más de 40 años. Entre carcajadas y silencios, que de repente denotaban nostalgia en la audiencia, el documental -Cine pa’ Vieques-, del joven cineasta Axel Mora, resultó la embocadura perfecta para inaugurar el Primer festival de cine puertorriqueño en la isla, organizado por la Cooperativa Cine-Teatro de Vieques.
Si una conclusión era evidente con el excelente documental -Cine pa’ Vieques- es que precisamente ha pasado demasiado tiempo sin que varias generaciones hayan tenido la oportunidad de disfrutar del cine. Luego de una pequeña introducción pertinente de Ricardo Bouyett e Ismael Guadalupe, miembros fundadores de Cine Teatro, en la que agradecieron la colaboración de entidades públicas y privadas por los apoyos, comenzó la proyección en pantalla grande y tras la oscuridad el silencio y las emociones se adueñaron de la audiencia, la cual puso toda la atención en las imágenes en movimiento y en la rica banda sonora de la película a partir de la creación de Gerónimo Mercado y otros músicos puertorriqueños. Al son de un oportuno ritmo de plena, los diálogos rápidamente nos entrelazaron con la trama y la picardía antillana hizo aflorar las primeras sonrisas y carcajadas.
Debo hacer constar que soy fanático del cine. Jamás, sin embargo, he estado en una sala donde haya imperado una atmósfera tan fascinante como la de aquella noche. Nada mejor que Broche de Oro para convocar a todo el espectro de la sociedad viequense: jóvenes, adultos y, por supuesto, los que recordaban el antiguo cine donde no pocos acaso se enamoraron pagando unos ya impensables 25 centavos. Al final, todas las emociones habían sido convocadas por igual pero la contentura de disfrutar una excelente película fue el sabor que predominó.
No hizo falta pedirle a la audiencia que no se fueran. La gente se quedó allí a compartir sus impresiones, en fin, a socializar placentera y relajadamente. ¡Hay una sorpresa! Eso comentó al micrófono Vicente Rosario, moderador del segmento final, y repentinamente, desde la parte trasera de la amplia sala, surgieron Adrián García (Elmo), Luis Omar O’ Farril (Carlos) y María Coral Otero (Sofía) produciendo el encantamiento de la sorpresa cuando la gente captó en vivo a los estelares la sala viequense prácticamente enmudece por el inesperado asombro. Fue algo único ser testigo presencial en aquella noche de cine.
A Broche de Oro le sucederán 200 Cartas, Mal de Amores, El Clown y finalmente el documental sobre las carpetas. Luego de la película, esa noche, mágica por cierto, los compromisos quedaron renovados y el objetivo de crear una sala de proyección para Vieques se hizo más fuerte que nunca porque lo que se intuye quedó plasmado por la estremecedora experiencia. Hay muchas necesidades de recreación en Vieques y el cine es simplemente una de las experiencias recreativas más singulares y virtuosas.
A trabajar todos, pues en un objetivo noble: Un “cine pa’ Vieques”.