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Redacción Presencia
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LOÍZA – En la mañana de hoy, el senador José A. Vargas Vidot cumplió su palabra con la comunidad del sector Piñones, en Loíza, y realizó una vista ocular en la escuela Emiliano Figueroa Torres. Este plantel fue uno de los que el Departamento de Educación (DE) decidió consolidar en diciembre pasado, luego que no pasara la certificación “como segura para los estudiantes” por parte del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, esto por baja matrícula y porque “entra el mar”. No obstante, la oposición de los padres y estudiantes al cierre, una portada en este medio y artículos en medios nacionales, así como una reciente reunión entre la alcaldesa de Loíza, Julia Nazario, y la secretaria de Educación, Julia Keleher, dieron por detenida la decisión de clausurar la escuela, por lo menos por este semestre.
(Foto/Héctor Álvarez)
Sin embargo, para que la escuela pueda ser reabierta nuevamente, el municipio de Loíza se hará cargo del vaciado y mantenimiento del pozo séptico, áreas verdes y otros trabajos menores (en ventanas, baños, puertas, plomería y limpieza con máquina de presión), así como la verja. Mientras que el representante Ángel Bulerín dijo que conseguiría el presupuesto necesario para el sellado del techo del salón de prekínder, el cual fue afectado por el paso del huracán María.
“Nos dijeron que íbamos a encontrar una escuela en términos de infraestructura hecha un desastre, que se había metido el agua del mar con el huracán, o sea que estaba inutilizable. Quisimos venir a ver con nuestros propios ojos y la realidad es que he visto escuelas mucho peor que esta”, dijo Jorge Fernández, director de la Comisión del Desarrollo de Iniciativas Comunitarias que preside el senador Vargas Vidot.
“El mar nunca entró. Cuando (el huracán) Hugo yo fui parte de una brigada que vino a sacar arena en el segundo piso de esta escuela y en ese entonces el mar no entró, no se metió en (huracán) Georges y tampoco en el huracán María. Así que esa historia de aquí entró el mar no es cierta”, aclaró.
En la vista ocular que estuvo presente, además, el vicealcalde del municipio de Loíza, la directora de la escuela y personal del Departamento de Educación, se encontró que en el techo del área de prekínder hay filtración, trabajo que realizará la oficina del representante Bulerín. Los baños se encuentran en óptimas condiciones; solo necesitan pintura. En este caso los padres se han comprometido en mantener limpios los mismos. No obstante, hay un problema con los pozos sépticos, ya que hay una compañía que exige que se vacíen semanalmente. “Estos pozos son de 10,000 galones, por lo que es imposible que 60 niños llenen esa cantidad en una semana. O no se esta informando la cantidad de agua que se saca del mismo o hay una filtración por algún lado. Hemos propuesto involucrar a la comunidad para fiscalizar el vaciado de los posos y así certificar que lo que se extrae del mismo sea la cantidad correcta”, explicó Fernández.
La sugerencia de los pozos a la larga es sustituir los cuatro pozos sépticos que existen por un tanque de retención y así se evita cualquier infiltración.
Por otro lado, en el comedor escolar se encontró un problema con la trampa de grasa, por lo que se tendrá que sustituir. Asimismo, se anunció que de iniciar el semestre escolar en la Emiliano Figueroa, los estudiantes recibirán el desayuno y el almuerzo de forma satelital. Es decir, la directora del plantel tendrá que buscar los alimentos a otra escuela y traerlos para la Emiliano Figueroa en las horas pautadas. Según notificó el personal del DE, el comedor escolar (aunque está en buenas condiciones) no se puede utilizar, ya que no hay personal que pueda llevar la contabilidad y la data de los alimentos en el mismo. En ese caso se acordó una reunión con la Autoridad Escolar de Alimentos (antes conocido como Programa de Comedores Escolares) para aclarar la situación y el comedor pueda entrar en funcionamiento.
Otro problema que se detectó fue el techado de la cancha, el cual sufrió daños por los vientos del huracán María. Esto causó que palomas pudieran cruzar el mismo, por lo que hay excremento acumulado. “Se van a sacar las planchas (de zinc) por cuestiones de seguridad, mientras tanto vamos a pedirle a los bomberos que nos ayuden para limpiar el excremento y a la guardia nacional para que coloquen toldos que puedan cubrir la cancha momentáneamente en lo que se consiguen los fondos para reconstruir la misma”, puntualizó Fernández.
Entretanto, el senador independiente le envió un mensaje a la comunidad de Piñones y a la secretaria de Educación a través de este medio. “Me alegra (el que se mantenga abierta la escuela este semestre), pero me alegra en una parte muy pequeña de mi corazón, porque la intención de la secretaria es insistir en el cierre después de agosto. Sin embargo, lo que no es bueno hoy tampoco es bueno en agosto, ni en diciembre. La comunidad no cierra en agosto, no cierra en diciembre. Lo que se debe plantear es cuál es el valor intrínseco que hay en la preservación de un baluarte como este donde hay una obvia participación comunitaria, y un compromiso del personal y del municipio de Loíza», dijo. «La comunidad de Piñones va a contar conmigo por los próximos cuatro años. Y no quiero decirlo de forma arrogante, pero quiero decirle a la secretaria (de Educación) que después de agosto, nos veremos”, agregó Vargas Vidot.
Se espera que los trabajos de reconstrucción y limpieza comiencen próximamente. Aunque no hay fecha de apertura, se prevé que la escuela pueda ser reabierta a finales de enero o principios del próximo mes. Empero, los estudiantes continuarán sus estudios en la escuela Celso Gonzáles, del mismo municipio.
