Jayleen Rodríguez
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Nota del editor: Primera parte de una serie de reportajes relacionados con la construcción de un nuevo hotel en Luquillo.
LUQUILLO – Con la intención de educar a la ciudadanía luquillense, un grupo de voluntarios estarán el domingo, 14 de enero, frente a los kioscos de Luquillo repartiendo pancartas informativas y ofreciendo charlas sobre la historia de los terrenos donde se está construyendo un hotel y los daños ecológicos y ambientales que está ocasionando en la zona.
Según mencionó la exploradora cultural y arqueóloga, Verónica Flores, el terreno donde se está realizando la construcción fue en un pasado la colonia Hacienda Monserrate donde cientos de familias puertorriqueñas se dedicaron a trabajar la agricultura en el lugar. “Esas tierras son históricas para Puerto Rico y en ellas se habían encontrado yacimientos históricos de vasijas de nuestros antepasados, por lo que nunca se había podido construir en ese lugar porque estaba protegido por el Instituto de Cultura Puertorriqueña, pero administrativamente se alteraron esos documentos para permitir este crimen ambiental”, sostuvo.
La construcción del hotel frente al balneario La Monserrate ha desatado una ola de inconformidad y miedo en las comunidades cercanas, ya que el área es inundable y temen que al destruir el humedal y rellenar el terreno, las corrientes busquen un caudal y terminen inundando las comunidades.
“En los planos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) dice claramente que la zona es inundable y en el caso de que ocurra algún desastre natural esta agencia no les remunerará económicamente el daño a los residentes de las comunidades aledañas como lo son: Vistas de Luquillo, Fortuna y hasta los mismos kioscos. Este es uno de los miedos que abarca en las familias luquillenses, además del impacto ecológico que provoca este tipo de construcciones”, aseguró Flores.
La primera fase del proyecto impactó más de 1,774 árboles que estaban en el terreno, que la constructora PRISA GROUP (compañía encargada de construir el hotel) prometió sembrar 394 y pagó una multa al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales por aquellos árboles que no podrán replantar, debido a la falta de espacio en los planos del hotel.
“Yo soy vecina de la construcción y mi casa siempre había sido bien fresca gracias a la cantidad de árboles que había en este terreno, pero ya hemos comenzado a sentir el fuerte calor que esta construcción ha ocasionado, además de la cantidad de polvo y tierra que llega a mi casa. Yo pensé que iba a poder disfrutar de mi retiro tranquila, pero ya veo que no será así puesto a que muchos de mis vecinos están pensando vender o convertir sus viviendas en AIRBNB ya que la zona se convertirá más turística”, dijo la líder comunitaria luquillense, Yamize Elías.
También, añadió que PRISA GROUP dice tener todos los permisos aprobados para construir en los terrenos, pero cuando se les solicita que los entreguen, ya que son documentos públicos, los entregan incompletos.
“No estamos en contra del hotel, estamos en contra del lugar donde se está construyendo que es un humedal muy importante para la seguridad de los vecinos de ese sector, ya que esa zona es inundable y el humedal era un amortiguador de inundaciones. Sin embargo, al destruirlo y subir el nivel del suelo con relleno lo que crean es un problema ambiental que no solo afecta el humedal, sino que contamina los recursos naturales que conectan con el mar, como lo es la quebrada Mata de Plátano que es sumamente importante para nuestra ecología y ahora está recibiendo toda la contaminación de la construcción, llevándola directamente al cuerpo de agua afectando la vida de los arrecifes y los peces”, dijo la exploradora cultural.
Tanto la líder comunitaria como la arqueóloga aseguraron que no van a parar de educar al pueblo y de insistir por la información publica sobre el proyecto hasta que se les escuche y el tribunal tome una decisión sobre las querellas y reclamaciones que han realizado.
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