Seleccionar los accesorios adecuados para pintar es tan importante como la pintura misma, ya que éstos ayudarán a dejar un acabado excelente. Seleccionar unos de buena calidad te facilitarán el trabajo y podrán servirte para futuras ocasiones. Además, es importante escoger los que se adecúen al proyecto.

Aquí una lista de las herramientas más comunes a la hora de pintar:

Brocha: Son fáciles de usar y permiten dar un buen acabado a nuestras superficies, ya que sin tener experiencia logramos tener mayor control sobre lo que estamos cubriendo.
Rolo: Sirve para áreas grandes y altas, en este último caso, se le agrega un tubo para hacerlo llegar a estos lugares difíciles de alcanzar.
Bandeja para rolo: Indispensable para cargar el rolo de pintura y quitar el exceso del mismo sin chorrear pintura. También existen bandejas plásticas para brocha que tienen la misma finalidad que las que son para rolos.
Solvente: Se utiliza limpiar áreas que se hayan manchado accidentalmente. Toma precauciones; siempre prueba un poco en un área pequeña de la superficie y si no la afecta, procede a utilizarlo. También sirve para limpiar tus brochas cuando hayas terminado de pintar.
Periódico o plástico: Nos servirá para cubrir las áreas que queremos proteger del polvo que se producirá al lijar una superficie y de la pintura cuando estemos pintando la superficie deseada.
Cinta adhesiva: Sirve para evitar pintar áreas no deseadas, como cuando pintamos la parte de la pared que se une con el techo.
Agitadores: Antes de aplicarla, es importante mezclar la pintura para un resultado homogéneo.
Escalera: No nos olvidemos de tener a la mano una escalera, según la altura donde vayas a pintar.
Trapos: Éstos servirán quitar las manchas donde pudiera caer algo de pintura (con ayuda de solvente).
Guantes de látex: Para proteger nuestras manos de los químicos de la pintura y evitar que se resequen.
Espátula: Antes de pintar hay que tener preparada nuestra superficie, libre de grumos o imperfecciones. Utiliza la espátula. Te recomendamos cubrir tu boca y nariz para evitar que aspires el polvo que se genera al lijar.

Recuerda tener especial cuidado en cubrir las áreas que no quieres pintar al principio y lavar los accesorios al final para que los puedas utilizar en más de una ocasión.