DRES. CARLOS & VIDALINA ECHEVARRIA
PSICÓLOGOS, PASTORES Y CONSEJEROS
He aquí, herencia de Jehová son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre, como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta (Salmos 127:3-5). Palabras del sabio Salomón. Salmos 127 nos habla de la ley original y eterna de reproducción del hombre y sobre las generaciones futuras de gente natural sobre la tierra.
Dios creó la Tierra, no la creó en vano, la creó para ser habitada y puso al hombre para que se encargará de cumplir su propósito, cosa que dice con firmeza, en público y con voz fuerte: Yo soy Jehová y no hay otro (Isaías 45:18). También se encargará que quienes vivan eternamente, controlando sus creaciones sean justos y libres de toda posibilidad de rebelión (Efesios 1:10; Apocalipsis 21:3-7).
Como podemos ver, Dios creó la Tierra para ser habitada y le dio orden al hombre Adán de llenarla y de que se encargará de que su propósito se cumpliera (Génesis 1:26-28) y los hijos serían herencia de Dios eterna y el fruto del vientre sería de gran estima para Dios. El plan original de Dios no es ser derrotado por la caída del hombre (Génesis 1:26-28: Apocalipsis 11:15; 24:4-5) sino que el hombre fructifique, se multiplique y sea señor de todo lo que se mueve sobre la tierra, cosa que esperamos con fe. Dios como Padre es paciente y está atento a sus hijos esperando hasta que todas las cosas se cumplan. Entonces volveremos a lo que Dios nos ofreció antes de la caída. Gobernaremos en la nueva tierra.
Hablando del día del padre de cuidar la herencia de Dios que somos nosotros y nuestros descendientes. Detengámonos un momento para considerar nuestra vida familiar. Quizás hayas descuidado tu vida familiar y también la espiritual. Tal vez hayas pasado por momentos de mucha tensión en la crianza de tus hijos y has tratado de huir culpando a otros y a la vida misma. Reflexiona, piensa en Salomón, un hombre sabio y en su padre, el rey David. Ambos cometieron muchos errores en su vida como hombres y como padres. David un hombre de acuerdo con el corazón de Dios cada vez que era confrontado, se angustiaba y caía de rodillas llorando y confesando a Dios su pecado y Dios lo escuchaba. Todos como padres hemos cometido errores y quizás hemos culpado a otros. Hoy te invito a que dispongas tu corazón a hacer lo que no hiciste antes, perdonarte, perdonar, busca a tus hijos o a tu padre y sobre todo acércate más a tu Padre Dios.
Feliz Día de los Padres. ¡Qué Dios te bendiga rica y abundantemente!