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Menos de la mitad de los adultos mayores se protegen la piel del sol cuando están al aire libre por una hora o más en días calurosos y soleados. Esto puede aumentar su riesgo de tener cáncer de piel y otros padecimientos en su dermis.
Anualmente, en los Estados Unidos, más de 5 millones de personas son tratadas por cáncer de piel. La mayoría de los cánceres de piel se detectan en personas mayores de 65 años; pero se ha prestado poca atención a las formas de reducir el riesgo de cáncer de piel entre las personas en este grupo de edad. Debido a que los adultos mayores están viviendo más años, se necesita más que nunca realizar esfuerzos en el área de salud pública para promover la salud de la piel durante toda la vida.
Un factor de riesgo principal en la mayoría de los cánceres de piel es la exposición en exceso a los rayos ultravioleta (UV) del sol. Hacer que la protección solar sea un hábito diario puede ayudar a prevenir las quemaduras solares y disminuir las probabilidades de que la persona presente cáncer de piel.
Existen tres tipos principales de células en esta capa:
- Células escamosas: 2 de 10 diez casos de cáncer de piel son carcinomas de células escamosas, estas son células planas en la parte superior (externa) de la epidermis que se desprenden constantemente a medida que las nuevas células se forman. Estos cánceres comúnmente aparecen en las áreas del cuerpo expuestas al sol, tales como la cara, las orejas, los labios y el dorso de las manos.
- Células basales: Es el tipo más común de cáncer de piel, alrededor de 8 de cada 10 casos de cáncer de piel son carcinomas de células basales. Estas células están en la parte inferior de la epidermis y se dividen constantemente para reemplazar las células escamosas que se desprenden de la superficie de la piel. A medida que estas células se desplazan hacia la epidermis se vuelven más planas, y con el tiempo se convierten en células escamosas.
- Melanocitos: estas células producen el pigmento marrón llamado melanina que causa que la piel se broncee o se ponga morena. La melanina actúa como bloqueador solar natural del cuerpo que protege las capas más profundas de la piel contra algunos de los efectos nocivos del sol. El cáncer de piel tipo melanoma comienza en estas células. El melanoma es mucho menos común que los cánceres de piel, de células basales o de células escamosas, pero es más propenso a crecer y propagarse si no se trata.
La epidermis está separada de las capas más profundas de la piel por la membrana basal. Cuando un cáncer de piel se vuelve más avanzado, por lo general atraviesa esta barrera y las capas más profundas.
Protegerse del sol no es solo una rutina para los pasadías en la playa, debe ser una rutina diaria, ya que incluso los días nublados tiene rayos UV, además de que las luces led también hacen daño a la piel.
El CDC realizó un estudio para averiguar con qué frecuencia los adultos mayores en los Estados Unidos estaban afuera en el sol. Según el estudio se les preguntó a los participantes de la encuesta con qué frecuencia usaron cada clase de protección solar cuando estaban al aire libre por lo menos una hora en días calurosos y soleados. También se les preguntó cuántas veces habían tenido quemaduras solares en los últimos 12 meses.
Adicionalmente, se les preguntó a los participantes la forma en que su piel reacciona a la exposición al sol. Se consideró que los participantes tenían “sensibilidad al sol” si dijeron que la piel se quemaba después de estar al sol por una hora sin protección solar.
Solo el 15 % de los adultos mayores y el 8 % de los adultos con sensibilidad al sol usaron habitualmente todas las 5 formas de protección solar.
Las formas más populares de protección solar entre los hombres mayores fueron ponerse ropa que les cubriera los tobillos, como pantalones (44 %), y permanecer en la sombra (37 %).
Las formas más populares de protección solar entre las mujeres mayores fueron permanecer en la sombra (47 %) y usar filtro solar (32 %). Casi el 18 % de los adultos mayores y el 15 % de los adultos con sensibilidad al sol dijeron que no usaban habitualmente ninguna forma de protección solar. Más de 1 de cada 10 adultos mayores (13 %) habían tenido quemaduras solares en el último año, y las quemaduras solares fueron casi el doble de altas entre los adultos mayores con sensibilidad al sol (20 %).
Aunque las quemaduras solares se reportaron con más frecuencia entre los adultos mayores de raza blanca, no hispanos, las quemaduras solares se reportaron en todos los grupos raciales y étnicos en el estudio, incluso en los adultos mayores de raza negra y los adultos mayores hispanos.
Se espera que las personas que llegan a los 65 años vivan, en promedio, 2 décadas más. Esto significa que los esfuerzos para mejorar el uso de medidas de protección solar y reducir las quemaduras solares entre los adultos mayores probablemente ayudarían a reducir el riesgo de cáncer de piel en las últimas décadas de vida.
Más investigaciones pueden ayudarnos a entender las mejores formas de promover y apoyar la seguridad frente al sol entre los adultos mayores. Las comunidades pueden continuar facilitando el acceso de las personas mayores a opciones de protección solar al aumentar las áreas con sombra en los espacios públicos al aire libre.
La mayoría de los cánceres de piel comienzan en la capa superior de la piel, llamada epidermis. La epidermis está separada de las capas más profundas de la piel por la membrana basal. Cuando un cáncer de piel se vuelve más avanzado, por lo general atraviesa esta barrera y las capas más profundas.
Las arrugas no solo son genéticas
¿Sabías que el producto comercial más recomendado para el antievejecimiento es el bloqueador solar?
El protector solar es el mejor antiedad, porque tiene propiedades que ayudan a protegernos de la radiación ultravioleta, la luz visible, los infrarrojos y sus efectos dañinos (arrugas, deshidratación, manchas).
Las razones por las que envejecemos incluyen factores ambientales como la radiación solar. El sol emite varios tipos de radiación, pero la que afecta la piel es la ultravioleta, los rayos UVA (rayos de onda larga, que provocan envejecimiento y pueden causar cáncer en la piel), UVB (rayos de onda corta, que provocan el bronceado) y rayos infrarrojos.
Todos los días recibimos una dosis alta de radiación solar, incluso si no estamos largos periodos de tiempo expuestos directamente al sol. Por esta razón se recomienda aplicar bloqueador tres veces al día: en la mañana, a mediodía y en la tarde.
Fuente: CDC