Debemos cuadrar citas periódicas con el veterinario.
Muchos dirán que prefieren convivir con un cachorro, pero la verdad es que convivir con perros mayores es una experiencia única. ¿A quién no le gusta una mascota que siempre da amor incondicional?
Como todos sabemos, el promedio de vida de nuestros peludos amigos va desde los 10 hasta los 15 años aproximadamente, en el momento en que los adoptamos no solemos preocuparnos mucho por pasar al máximo los momentos en que estamos junto a él, va pasando el tiempo y en un abrir y cerrar de ojos se convierte en un perro mayor. En ese momento nos damos cuenta de que la vida de nuestro peludo ha pasado por nuestros ojos más rápido de lo que creemos.
Consideraciones para tener con un perro mayor
Sabiendo que los perros mayores necesitan de todo nuestro afecto y cuidado, tenemos que tomar en cuenta lo siguiente:
Debemos cuadrar citas periódicas con el veterinario. Así podremos descartar enfermedades degenerativas como la demencia senil, o enfermedades traumatológicas crónicas como la luxación de caderas que son muy comunes en caninos de estas edades.
Debemos cuidar su alimentación. Con un perro con edad avanzada tenemos que ser cuidadosos con su alimentación, no solo de las proporciones que come o de si su alimentación posee buenos componentes, sino de si está comiendo o no. Suele ser muy común en perros viejos que pierdan el apetito de vez en cuando o les cueste masticar.
Mantener una rutina de ejercicios frecuente. Aunque nuestro canino no aguante las horas de caminata que solíamos darle en sus épocas de oro, no significa que haya dejado de disfrutar de las caminatas periódicas, solo debemos regular la cantidad de tiempo en que caminamos con él y en qué momento del día lo hacemos. Recomendamos sacarlo a pasear a final de la tarde para que el sol no lo canse mucho.
Mantener el afecto. Siempre lo más importante que podemos darle a nuestro canino es el afecto, no importa cuantos años tenga el afecto siempre es el mismo y debemos demostrárselo para hacerlo sentir seguro.
Así como sus sentidos empiezan a cambiar, su actitud variará un poco, pero nunca dejará de ser la mascota que adoptaste. Su actitud varía en el sentido de que duermen más y se vuelven mucho más apegados a sus dueños, sencillamente sienten protección en ellos y, además, tienden a dormir un poco más, por lo que recomendamos que les ofrezcas una cama más acolchada y cómoda.
Fuente: mascotasadictos.com