Por: José Delgado Ortiz
La fiebre del videojuego Pokémon Go ha contagiado ya a miles de puertorriqueños de todas las edades. Dondequiera se aprecia a niños y adultos buscando cazar criaturas virtuales en diferentes lugares, algunos en automóviles y otros simplemente a pie. Unos y otros, celular en mano, se transforman en una especie de “zombies digitales” por sus comportamientos extraños, como quedarse embelesados contemplando las pantallas del inalámbrico mientras guían o caminan. Se abstraen del mundo real por un mundo virtual.
Desde nuestra perspectiva de la seguridad vial, esta moderna tecnología hace perder la percepción del entorno, por lo que el peatón jugador está literalmente a ciegas en la calle, poniendo en riesgo su vida y la de otras personas. Resulta difícil convencerlos a desistir de sus actuaciones porque sencillamente creen que caminar y jugar está exento de peligros. Más aún, piensan que no tienen la culpa en la eventualidad de ocurrir un choque y le echan la culpa al juego.
Sobre esto, nada más lejos de la verdad. Jugar Pokémon mientras se camina puede salir muy caro. Es una distracción tan peligrosa como textear, leer mensajes o escuchar música en el celular mientras se conduce. Cualquier peatón que está jugando puede cruzar la calle con la misma imprevisibilidad de un niño que va detrás de una pelota.
Se estima que jugar caminando eleva hasta un 40% el riesgo de sufrir un choque. Las estadísticas revelan que 310 personas fueron víctimas fatales del asfalto el año pasado, 101 de las cuales o un 33%, son peatones. Entre 2005 y 2015 fallecieron 4,214 personas en choques, de éstas 1,265 peatones, equivalente a un 30% de la totalidad de las muertes de tránsito ocurridas en ese período de tiempo.
Como dijimos, el Pokémon ya está causando furor en los adultos, principalmente en aquellos sobre los 65 años de edad. Ya hay lugares en Estados Unidos y otros países en que los viejitos salen a jugar para ejercitarse y divertirse con sus amigos. A los de aquí les decimos que deben tomar precauciones, esto es, a estar pendientes donde caminan, que no se distraigan demasiado y que estén muy alerta de la cercanía de una carretera. En caso de guiar, estas personas adultas deben optar por conseguir un acompañante que conduzca, para que desde el lado del pasajero se pueda ir buscando la ruta correcta de los pokemones.
Definitivamente, el Pokémon se ha convertido en el “Zika de la carretera” por su rápida propagación entre los boricuas y por sus posibles consecuencias sobre la salud y el bienestar colectivo. De ahí que en la Comisión para la Seguridad en el Tránsito ya estamos trabajando en varias “recetas” para detener este “virus” que amenaza hasta la propia vida. Serán, esencialmente, un inventario de estrategias para frenar el avance de esta fiebre. Por lo pronto nuestros consejos a los peatones es a medir muy seriamente los riesgos, a no cruzar la vía pública sin mirar a ambos lados, y a no invadir la carretera mientras juegan.
Debemos recordar que los peatones son los usuarios más vulnerables del asfalto. Por tanto, no se pueden dejar llevar por la emoción del juego y pasar por alto cosas que normalmente no haríamos o que en el fondo sabemos que son peligrosas. El uso correcto de este nuevo entretenimiento depende de cada persona, sea conductor o un peatٕón. A los dos les decimos lo mismo: diviértanse, pero con responsabilidad.