Capellán Madeline Merced
Queridos hermanos y hermanas, hoy quiero traerles un mensaje de esperanza y fortaleza, basado en una enseñanza que nos impulsa a seguir adelante, aun en medio de los desiertos de la vida.
Sabemos que la vida tiene sus momentos difíciles, sus pruebas y desafíos. Y en esos momentos, puede parecer que estamos atravesando un desierto árido, donde la sed, el hambre y el cansancio nos agotan. Pero hoy quiero decirles algo que tal vez les sorprenda: ¡Podemos pasar el desierto en victoria!
La Palabra de Dios nos habla claramente de esto. En Deuteronomio 1:34-40 (RVR1960), vemos cómo Dios se enoja con la generación de Israel que salió de Egipto, una generación que, lamentablemente, no pudo entrar a la Tierra Prometida debido a su incredulidad.
Sin embargo, hubo un hombre, Caleb, y también Josué, que se mantuvieron firmes y fieles al Señor, y ellos sí recibieron la promesa. Dios les aseguró que verían la tierra buena que Él había prometido. ¡Qué gran enseñanza nos dejan estos hombres! Ellos atravesaron su desierto, pero lo hicieron con una mente victoriosa y un corazón lleno de fe.
Desiertos: Espacios de prueba y transformación
Cuando hablamos de desiertos, a menudo pensamos en lugares de desolación, de pruebas y de retos. Y es verdad, el desierto puede simbolizar el dolor, la soledad y hasta el fracaso. Pero Dios quiere que entendamos que, a pesar de lo que vemos con nuestros ojos humanos, hay una realidad más profunda: el desierto puede ser un lugar de victoria. Es un espacio donde Dios puede manifestar su poder, su gracia, y su presencia de una manera especial.
¿Cómo podemos encontrar la victoria? La clave está en la actitud de nuestro corazón y en la manera en que enfrentamos el desierto. La Biblia nos enseña que podemos atravesar estos tiempos difíciles con fe y esperanza, sabiendo que Dios está con nosotros.
Como nos recuerda Salmo 23:4 (RVR1960): “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.
¡Qué promesa tan poderosa! No importa cuán oscuro sea el desierto, si el Señor está con nosotros, podemos caminar en victoria.



