Por: Dra. Amarilis Ramos-Rivera
“Mi hijo no se está quieto.” “Me estalla la presión cuando el jefe me altera.” “Mi novio(a) me abandonó por otra persona.” “Mi pareja me hiere (emocional o físico). “Tengo una pelambrera encima”. “A veces me siento triste sin razón y en otro momento lleno de coraje.” “La gente no me comprende.” “No logro concentrarme.” “Creo que me veo peor que los demás.”
De seguro, todas estas frases las ha escuchado o expresado más de una vez en su vida, y es que el ajoro del trabajo, los problemas con la familia y otras situaciones lo pueden llevar a sentir múltiples emociones, tales como baja productividad, desánimo e incluso llegar a enfermarse.
Muchas veces el deseo genuino por solucionar la situación lo lleva a pensar en recurrir a un siquiatra para que le resuelva su sentir. Entonces, el doctor le pregunta qué le sucede, comienza a relatar su historia cuando de repente el siquiatra lo detiene para hacer algunas interpretaciones. Luego, le receta una pastillita que, a su juicio, solucionará el problema que aqueja al momento.
¡Deténgase! ¡Piense! Este profesional antes de una prescripción de medicamentos, ¿se aseguró de que era necesario o el indicado para usted? ¿Evaluó su situación? ¿Le escuchó? ¿Le realizó exámenes para descartar condiciones de salud que alteren su estado emocional? ¿Los medicamentos son la única opción de tratamiento? ¿Le ofreció terapia o le refirió con algún profesional?
En ocasiones, las personas pueden reflejar estados anímicos variables por condiciones o enfermedades relacionadas con nutrición, tiroides, azúcar, así como también, eventos situacionales. La medicación para situaciones de salud mental no es necesariamente la solución para cada individuo. Se debe evaluar cada situación en particular bajo sus necesidades específicas.
De igual forma, trabajar con sus problemas rutinarios, aprender a lidiar con lo que lo rodea y ejercitar su mente de un modo saludable es lo ideal para mantenerse bien. En este y en muchos otros casos el sicólogo puede ser el profesional idóneo para ayudarle.
No es que estemos en contra de los siquiatras, mucho menos decir que todos sean malos. Es que no todos suelen estar comprometidos con el bienestar del paciente. Por eso, al visitar un profesional de la salud mental tenga en cuenta cómo se siente con su consulta y si tiene un efecto positivo en usted. Además, recuerde que la garantía de una mejor salud mental y física depende del cuidado que usted tenga de sí.
Por ejemplo, en el cuidado preventivo, ejercitando su cuerpo y su mente, alimentándose correctamente, dando importancia a su situación o condición y no al alivio del síntoma exclusivamente.
En la terapia sicológica se ofrecen herramientas para el autoconocimiento, se brinda el apoyo para entender sus emociones, y sus conductas. Asimismo, podrá aprender a dominar sus pensamientos negativos, capturando la capacidad de tomar decisiones y creando una autoestima sana con el fin de que su estado de ánimo y salud mental mejore.
La autora es sicóloga clínica y presidenta del Grupo SEPI. Para más información se puede comunicar al (787)404-5933 o por correo electrónico aramos@gruposepipr.com. También puede seguir a la red social Facebook en la cuenta Grupo SEPI.