Por: Redacción Presencia
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Los gatos, a pesar de ser muy limpios, suelen llenarse el pelo de polvo. Las secreciones normales, la descamación de la piel y el pelo muerto que van desprendiendo y eliminando, hacen que de vez en cuando sea necesario darles un buen baño. A continuación te ofrecemos varios consejos para que la tarea sea agradable tanto para el felino, como para ti.
Lo primero que tienes que tener en cuenta cuando decidas bañar a tu gatito es que vas a necesitar al menos una hora de tu tiempo para realizar esta tarea. Lo ideal es que tengas todo lo que vas a necesitar preparado y a la mano.
Es conveniente que vayas mojando a tu mascota poco a poco: utiliza una esponja si lo prefieres pero no le mojes con el chorro directo del agua ya que se sobresaltará y se asustará. Para bañarle tienes que utilizar un champú o jabón especial para gatos y, si tu gato tiene el pelo largo, es conveniente que utilices también un desenredante o acondicionador.
Si tu gato aún es pequeño, deberías aprovechar este momento para introducirlo al “mundo del baño”. Sácale partida a la etapa de socialización del gatito, es decir, entre el primer y segundo mes de vida: en este momento el gato es receptivo a todas las enseñanzas de manejo social que se quieran impartir.
El baño se puede realizar en el lavamanos o en una pileta, la única condición es que sea de tamaño suficiente y que tenga agua tibia. El ambiente debe ser tranquilo y en lo posible debe ser siempre la misma persona la que haga el procedimiento.
Una vez que bañes a tu gatito tendrás que ir repitiéndolo varias veces para que el animal lo tome como algo normal y no coja miedo al agua. Esto significa que la actividad del baño se puede tolerar perfectamente si se aprendió de pequeño y además, puede convertirse en una actividad que refuerza la relación social entre felino y dueño, junto con el cepillado, las caricias y los juegos.
Durante las primeras veces que realices esta actividad intenta no entretenerte con otras cosas para que puedas realizarla en el menor tiempo posible, ya que a tu gatito el baño le provocará mucha ansiedad. Además, intenta hablarle y acariciarle mientras le lavas para conseguir que se relaje.
Al finalizar el baño es bien importante secar tu gato. Puedes comenzar por eliminar el exceso de agua utilizando una toalla. Puedes terminar por utilizar un secador de aire caliente, y sería ideal que éste fuera de bajo ruido (por lo usual les molesta el sonido), y que lo encendieras de uno a tres minutos antes de utilizarlo sobre él.
Otra alternativa para secarlo sería meterlo en una jaula o “kennel” y enviar el aire caliente por la puerta de la misma. A los gatos de pelo largo conviene desenredar los nudos del pelo con un peine o cepillo metálico mientras se secan. (Fuentes combinadas)