Por: Pastor Efraín Sostre Ruiz
En estos días pienso en por qué debo esmerarme por hacer cosas diferentes y de provecho. La conclusión es solo una: porque alguien antes que yo – en tiempo de desasosiego y de nada de esperanza- hizo una gran diferencia, de la nada logró mucho.
En el tiempo sombrío trajo luz, en medio del dolor trajo consuelo y en enfermedad dio salud.
Al final de su tiempo marcó un destino: “el que cree en mí, cosas mayores hará”. Entonces, esa es mi razón para emularlo y establecer una buena noticia ante tanto caos en mi Isla. Hacer la diferencia para que otros cambien su destino.
Jesucristo lo hizo y yo puedo hacerlo bajo su nombre, pues al final, Él es la única razón para hacer lo bueno. Es Él el fundamento para divisar y palpar el año 2015 como un nuevo comienzo esperanza y misericordia. Una base para no mirar con mis ojos naturales, sino a través de aquel que fue capaz de hacer que lo incierto cobrará vida.
Sus hijos veremos lo diáfano, lo amable, el vaso lleno y no medio vacío, el sol en medio de la tempestad.
Solo Jesucristo es la verdadera causa para que mis temores huyan y pueda mirar el cielo como mi límite. Sí, Él es mi motivo para vivir, el milagro que tanto necesitaba y el camino sereno en medio de la destrucción.
Mi País necesita un milagro físico, del alma y de espíritu.
Por eso, en un País tan convulsionado como el nuestro, el primero de febrero a las 6:00 p.m., la iglesia Casa de Restauración Familiar (la iglesia de la O.L.A) trae un evento totalmente gratis denominado “Noche de Milagros y Palabra de Misericordia” con el pastor Benny Hinn en el Coliseo Tomás Dones de Fajardo. ¡Ven y busca tu milagro!