Kariana Vega
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Con frecuencia puede haber una confusión entre lo que es una égida y lo que es un asilo. Aunque muchas veces se usan como sinónimos en conversaciones informales, la realidad es que tienen diferencias muy importantes en cuanto a su función, nivel de cuidado y autonomía de los residentes.
Una égida es un complejo de viviendas, ya sean públicas o privadas, para adultos mayores de 62 años o más, donde viven de manera independiente. Estos complejos están dirigidos, mayormente, a personas con bajos ingresos o moderados y suelen estar bajo programas federales del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos (HUD, por sus siglas en inglés).
Las égidas ofrecen ambientes seguros y accesibles, así como servicios básicos de seguridad, administración, trabajador social y mantenimiento. Algunos incluyen actividades recreativas o sociales. Sin embargo, no incluyen servicios médicos ni cuidado personal intensivo. En otras palabras, una égida es un apartamento para personas mayores que todavía pueden cuidarse y manejar sus actividades diarias por sí mismos, pero prefieren o necesitan vivir en un entorno más accesible y seguro.
El asilo es un hogar que provee cuidado a tiempo completo a personas mayores que han perdido, en parte o totalmente, su capacidad de cuidarse por sí solos. Estas instalaciones de cuidado a largo plazo están dirigidas a adultos mayores que no pueden vivir de manera independiente debido a condiciones de salud, movilidad reducida o deterioro cognitivo.
Algunos de los residentes de los asilos son envejecientes con condiciones médicas como demencia, movilidad limitada o que requieren supervisión constante. Estos lugares cuentan con personal médico y de enfermería 24/7. Además, proveen comida, medicamentos, higiene personal y asistencia continua. Están regulados por el Departamento de Salud y también se les conoce como cuidado prolongado o centros geriátricos.
Aunque las égidas y los asilos pueden ofrecer servicios parecidos a los adultos mayores, no son lo mismo. La elección de asistir a un cuido prolongado o a un complejo de viviendas para envejecientes va a depender de la condición médica de cada persona y sus necesidades.