Mantener una buena salud mental en la tercera edad es tan importante como cuidar el cuerpo. Después de los 65 años, los cambios físicos, la jubilación o la pérdida de seres queridos pueden afectar el estado emocional de las personas mayores. Sin embargo, con hábitos adecuados y apoyo, es posible conservar una mente activa y un ánimo saludable.
Los especialistas en salud mental recomiendan mantener la actividad social como uno de los pilares del bienestar. Participar en grupos comunitarios, actividades recreativas o simplemente compartir tiempo con familiares y amigos ayuda a prevenir el aislamiento y la depresión.
Asimismo, el ejercicio físico regular, adaptado a las condiciones de cada persona, contribuye a mejorar el ánimo y la memoria, además de fortalecer el cuerpo. Caminar, bailar o practicar yoga son opciones accesibles y beneficiosas.
Otro aspecto fundamental es la alimentación balanceada, rica en frutas, vegetales, proteínas y grasas saludables, que favorecen la función cerebral. Limitar el consumo de alcohol y azúcares también ayuda a mantener la estabilidad emocional.
El entrenamiento cognitivo es otro aliado. Leer, resolver crucigramas, aprender algo nuevo o utilizar la tecnología para mantenerse informado son maneras de mantener la mente activa.
Por último, se recomienda buscar apoyo profesional cuando se presenten síntomas de tristeza prolongada, ansiedad, pérdida de interés o problemas de sueño. Hablar con un psicólogo o psiquiatra puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida.



