Lcda. Laurie C. Sánchez Mambrú
Psicóloga Consejera Lic. #7074
Puerto Rico atraviesa una ola de violencia que no solo amenaza la seguridad física de la ciudadanía, sino que también impacta gravemente la salud mental. La exposición constante a actos violentos, ya sea de manera directa o a través de los medios, provoca lo que se conoce como estrés traumático secundario, caracterizado por ansiedad, insomnio y desconfianza generalizada.
Este fenómeno repercute de manera particular en cada grupo poblacional: en adultos se manifiesta a través de estrés crónico e incluso problemas físicos como hipertensión; en niños y adolescentes, en forma de miedo excesivo, baja autoestima y dificultades escolares; y en adultos mayores, en aislamiento y sentimientos de indefensión. En este sentido, en la Revista Puertorriqueña de Psicología, Torres y Colón (2021) destacan que “la violencia comunitaria en Puerto Rico debe analizarse no solo desde la perspectiva de la seguridad, sino también desde sus implicaciones en la salud mental colectiva, que incluyen síntomas de ansiedad, estrés y retraimiento social”.
¿Qué estrategias puede utilizar usted en el hogar para enfrentar la crisis ante la ola de violencia?
En medio de esta realidad, es natural preguntarse qué se puede hacer desde el hogar para proteger la salud mental. Aunque no podemos controlar los hechos violentos externos, sí podemos tomar medidas dentro de la familia para fortalecer la resiliencia y el bienestar emocional:
- Reconocer el impacto emocional: Validar el miedo y la tristeza es el primer paso. Negar el problema solo prolonga el sufrimiento.
- Fortalecer la comunicación familiar: Hablar abiertamente con los hijos sobre la violencia, adaptando la información a su edad, les permite procesar la realidad de forma más sana.
- Cuidar la exposición a noticias violentas: Mantenerse informado es importante, pero la saturación de imágenes sangrientas aumenta la ansiedad. Se recomienda limitar horarios y fuentes.
- Promover la resiliencia comunitaria: Involucrarse en actividades deportivas, culturales o de servicio comunitario refuerza el sentido de pertenencia y seguridad.
- Buscar ayuda profesional: Psicólogos, consejeros y grupos de apoyo pueden ayudar a manejar el trauma y desarrollar herramientas emocionales.
Recursos de apoyo disponibles en Puerto Rico
- Centro T-apoyamos: Centro T-apoyamos es un espacio dedicado al bienestar emocional, psicológico y académico de niños, adolescentes y adultos. 787-564-6651.
- Línea PAS (Primera Ayuda Psicosocial): 1-800-981-0023 – gratuita, confidencial y disponible las 24 horas.
- Hospitales especializados en salud mental: San Juan Capestrano, Panamericano y San Jorge Hospital.
- APS Health Care: Red de servicios de salud mental en diferentes puntos de la isla.
- Inspira Behavioral Care: Centros con servicios psiquiátricos y psicológicos.
La salud mental no puede quedar fuera de la conversación sobre violencia. Cada ciudadano, cada familia y cada comunidad tiene un rol en la construcción de un Puerto Rico más seguro. Hablar de lo que sentimos, acompañarnos en momentos de miedo y exigir acceso digno a servicios psicológicos son acciones que fortalecen nuestro bienestar colectivo.
El reto es grande, pero no imposible. Puerto Rico ha demostrado en numerosas ocasiones su capacidad de levantarse ante la adversidad. Hoy, más que nunca, debemos unirnos para cultivar una cultura de paz y cuidado mutuo.