Por Mark Nieves de Cine Geek (cinegeek.net)
28 Years Later, dirigida por Danny Boyle y escrita por Alex Garland, marca el regreso triunfal de una de las franquicias más influyentes del cine de infectados. Después de 17 años desde 28 Weeks Later, esta tercera entrega no solo expande el universo original, sino que lo renueva con una mirada más emocional, técnica y narrativa.
Una nueva historia, un mismo virus
La película nos lleva a una pequeña isla donde un grupo de sobrevivientes vive alejado del mundo devastado por el virus de la rabia.
Todo cambia cuando uno de ellos se aventura al continente, desencadenando una cadena de eventos que revela secretos sobre los infectados y sobre lo que queda de la humanidad. Esta no es solo una historia de supervivencia: es un relato sobre la desilusión, el trauma y el vínculo entre un padre y su hijo.
Dirección y estilo visual arriesgados
Danny Boyle regresa con su estilo característico: cámara en mano, edición frenética, sonido envolvente y una estética cruda. Esta vez opta por filmar con cámaras iPhone profesionales, lo que aporta un toque realista y documental a la narrativa. Lejos de ser una decisión trivial, la técnica resalta la urgencia y el caos del entorno.
Las secuencias de acción son impactantes, con efectos visuales creativos que recuerdan momentos emblemáticos del cine contemporáneo. Uno de los aspectos más destacados es el uso de un rig con múltiples iPhones para generar efectos al estilo “bullet time”, especialmente en escenas de ataque que resultan memorables y únicas.
Actuaciones sólidas, con una revelación
Aaron Taylor-Johnson, Jodie Comer y Ralph Fiennes entregan actuaciones sólidas, pero quien se roba la película es Alfie Williams, el joven actor que interpreta a Spike. Su actuación es sorprendentemente madura y emocional. La relación entre su personaje y su padre añade una dimensión humana que eleva la historia más allá del horror.
Una evolución escalofriante
Sin entrar en spoilers, los infectados presentan una mutación que los hace aún más aterradores. Una escena en particular crea un nivel de tensión tan alto que deja huella en la experiencia del espectador. Aunque el clímax es difícil de igualar en el resto de la película, la narrativa se mantiene sólida y envolvente hasta el final.
Más que horror: una historia con propósito
Boyle y Garland no regresan al género por nostalgia. 28 Years Later explora temas como la pérdida de la inocencia, la caída de figuras paternas y la necesidad de adaptación en un mundo roto. El resultado es una película que combina entretenimiento, reflexión y una estética inquietante que no dejará indiferente a nadie.
Veredicto final
28 Years Later es una secuela audaz y bien ejecutada que retoma lo mejor de la franquicia y lo lleva a un nuevo nivel.
Puntuación: 9/10
Una experiencia emocional, visceral y cinematográficamente poderosa.