LOÍZA – “En la realidad actual de Puerto Rico y del mundo entero, los pueblos se sostienen con el voluntariado. El poder de mejorar las comunidades está en ustedes y en su organización, porque los gobiernos son pasajeros, pero las comunidades evolucionan y permanecen”. Con estas declaraciones, la alcaldesa de Loíza, Julia Nazario Fuentes, honró la labor de unos 80 voluntarios de todas las 52 comunidades loiceñas que juntos trabajaron en la distribución de almuerzos de Comedores Escolares durante el pasado mes de junio.
Reunidos al aire libre en las instalaciones del Parque Histórico Cueva María de la Cruz, con el debido distanciamiento físico y medidas de salubridad, los homenajeados relataron las ventajas de realizar proyectos complicados de distribución en sus comunidades. “Recordemos que esta labor de distribución de alimentos calientes tenía que hacerse en hora y media o menos, de manera que la sincronía entre los comedores, distribuidores y familias tenía que ser perfecto. El espíritu de equipo fue crucial, porque ante las difucultades, se crecieron”, añadió la alcaldesa Nazario Fuentes.
La supervisora del proyecto a nivel municipal, Arlene Alvira, detalló que durante las semanas que trabajaron el proyecto se lograron distribuir 2,300 almuerzos diarios mediante seis rutas durante seis semanas de lunes a viernes en todas las 52 comunidades de Loíza. “Todo este proyecto nos ha servido además para hacer ajustes en términos logísticos para la temporada de huracanes. Contar con tantos líderes comunitarios y voluntarios es una bendición, reconociendo que la mitad el año estamos bajo esa temporada”, añadió Alvira, también especialista en manejo de emergencias.
Por su parte, la comisionada escolar municipal de Loíza, Danaliz Dávila, expresó que “ha sido un proceso buen bonito, porque a pesar de la pandemia, pudimos romper barreras y llegar hasta cada niño y joven que recibían los alimentos con tanto agradecimiento. Queremos agradecer de manera bien especial a los directores de escuelas, supervisoras y empleadas de los Comedores Escolares, que madrugaban de lunes a viernes sin parar para cumplir. Con orgullo podemos decir: misión cumplida”.