Pastor Eddy Batista
Dios te bendiga grandemente. Una vez más, vengo para ser de bendición en tu vida.
Hoy vamos a tratar un tema que te ayudará a hacer lo correcto y a encontrar las soluciones adecuadas: hablaremos sobre el poder del perdón.
Primer punto: ¿Por qué debo perdonar?
Creo que debería ser una prioridad en nuestras vidas, primero porque Dios nos perdonó de nuestros pecados a través del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo en la cruz, y su perdón está basado exclusivamente en su amor hacia nosotros.
Romanos 5:8: «Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros».
Por lo tanto, con solo saber que quizás no merecíamos ese perdón, aun así, Él lo hizo por amor a ti y por amor a mí.
Segundo punto: ¿Qué debo hacer cuando las heridas no me permiten perdonar a quien un día me hirió?
Sé que vas a sentir esta respuesta como una contradicción, ya que es difícil perdonar a alguien que te hizo daño o liberarte de algo que viviste. Quiero decirte que todo tiene un comienzo, y en este caso, para poder perdonar, debes hacer el intento, porque guardar rencor en tu corazón no te dará el espacio para las nuevas oportunidades que Dios tiene para ti. La única manera de lograrlo es otorgándole el perdón a aquel que un día te falló.
Lucas 6:37: «No juzguéis a otros y Dios no los juzgará a ustedes, no condenen a otros y Dios no los condenará a ustedes, perdonen y Dios los perdonará».
El poder perdonar a los demás te convertirá en una mejor persona.
Tercer punto: ¿Cuál es el beneficio de perdonar?
Lo primero que vas a recibir cuando logras perdonar es paz, porque cuando no puedes perdonar, tienes estrés, irritación y no disfrutas de la vida. Me gustó una expresión de Jesús cuando estaba en la cruz, en Lucas 23:34, cuando dijo: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen».
Esto me llevó a pensar que existen personas que nos hacen daño sin conocernos, sin tratarnos, simplemente porque decidieron hacernos daño. ¿Cuál es la moraleja de esto? Que debemos perdonar, aunque nos duela y aunque ellos no merezcan tu perdón.
Tal vez tú que lees estas palabras estás pasando por eso, tal vez estás luchando para perdonar a ese hombre que te hirió, a ese padre, a ese amigo que abusó de ti. Sé que te duele, pero hoy Dios te brinda la oportunidad de perdonar. Es más, me atrevo a decirte que Dios hoy te está exigiendo que perdones, que cambies de página, para que puedas tener una vida aprobada delante de Él.