Por Jaime Torres Torres
Especial para Presencia
LUQUILLO – Aunque el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y los voluntarios del Sierra Club se esmeran por patrullar el litoral del Corredor Ecológico del Noreste para salvaguardar el desove del tinglar, la realidad es que el personal asignado es insuficiente, lo que acarrea el alegado hurto de huevos y la muerte de especies, como el manatí.
Así lo denunciaron varios pescadores del sector aledaño a los condominios Sandy Hills, localizado a pocos pasos de la desembocadura del Río Sabana, donde en las pasadas semanas se han registrado varios incidentes por las crecientes del riachuelo que desciende de El Yunque.
Cabe destacar que este reportero, en su carácter personal, suele recorrer el litoral del Corredor para practicar la fotografía paisajista y nunca se ha cruzado con personal del DRNA ni con voluntarios. Incluso, una vez halló un manatí en estado avanzado de descomposición, lo que sugiere que el patrullaje en áreas de las fincas Las Paulinas y El Convento, ésta en jurisdicción de Fajardo, no es muy frecuente.
La semana pasada, a consecuencia de las lluvias torrenciales que provocaron inundaciones en Luquillo, un tinglar de algunas 600 libras quedó varado en la arena y fueron varios pescadores los que tuvieron que intervenir para ayudarlo a salir al mar.
Días después apareció muerta una tortuga en la orilla, parcialmente devorada, se presume que por un tiburón. Lo cierto es que en ambas instancias no hubo personal autorizado disponible para atender las emergencias.
“Casi nunca están disponibles. La tortuga desova en cualquier momento del día. Algunas veces los voluntarios van temprano, identifican el área del desove y la acordonan. Pero se necesita más patrullaje porque hay personas que se dedican a robar los huevos”, dijo a Presencia un pescador nacido y criado en las inmediaciones del estuario del Río Sabana, quien suministró parte de las imágenes de este reportaje y solicitó mantener su nombre en el anonimato.
Faltan voluntarios
Presencia conversó vía telefónica con la voluntaria Nancy Contreras Beltrán, quien ofrece patrullaje junto a su compañero Cristóbal Jiménez. Contreras, quien reconoce que la colaboración de los pescadores es útil y necesaria, insiste que hay áreas en el Corredor Ecológico del Noreste a las que no es fácil lograr acceso.
“Hay una región de Las Paulinas que el mar no permite llegar y no es porque Recursos Naturales no haga el trabajo. Es que el mar no lo permite. Es buenísimo tener más voluntarios, pero que sean capacitados por el DRNA para hacer un buen trabajo. Son necesarios ‘tortugueros’ capacitados. No cobramos cinco centavos, pero hacemos este trabajo por el amor a nuestra Isla y para instruir lo importante que es el tinglar”, reaccionó Nancy Contreras al señalar que hay 18 grupos de voluntarios distribuidos alrededor de las costas de la Isla.
Mientras, aparte del presunto hurto de los huevos del tinglar, varios pescadores denunciaron a este semanario que, tras el proceso de anidaje, que generalmente discurre de febrero a junio, el centenar de tortuguitas que intenta regresar al mar es amenazado, cuando no hay vigilancia o supervisión del personal capacitado, por aves marinas como el pelícano pardo y la tijereta, a pesar de su pequeño tamaño.
Reacciona el DRNA
Presencia intentó entrevistar a la bióloga Rosaly Ramos, del DRNA, pero este medio fue referido a Maricelis Rivera Santos, portavoz de prensa de la agencia y quien remitió unas declaraciones escritas, a nombre de la secretaria Carmen Guerrero.
“La agencia cuenta con más de 400 agentes alrededor de todo Puerto Rico. Sin embargo, los planes de vigilancia y la cantidad de agentes destacados en cada área no se revelan públicamente por motivos de seguridad. Ciertamente, nunca habría agentes suficientes para vigilar todas las costas de Puerto Rico, por esa razón el DRNA mantiene acuerdos colaborativos con voluntarios de las comunidades cercanas que se han constituido en una red de grupos tortugueros para ayudarnos con la labor de manejo de las tortugas marinas”, dijo Guerrero al descartar de plano las denuncias de los pescadores respecto al hurto de huevos de tinglar.