BAYAMÓN – Contrario a lo declarado por una testigo anterior en el juicio por asesinato contra Pablo José Casellas, el juez federal Salvador Casellas Moreno sí ofreció información a los policías que llegaron hasta la residencia de su hijo el día en que ocurrió el asesinato de su nuera Carmen Paredes.
El sargento de la Policía Miguel Ángel Borrero declaró el jueves a preguntas de la fiscal Phoebe Isales que el juez Casellas Moreno al menos le informó sobre el paradero de Casellas Toro alrededor del tiempo en que supuestamente ocurrieron los hechos.
“Le dije que necesitaba información, y él me dijo que ‘no hay problema’… Le pregunto dónde estaba él [su hijo], y me dice que en la casa de él”, señaló Borrero.
No obstante, el sargento recalcó que inmediatamente después “otro caballero, que está en sala” le informó que “no darán ninguna información”. Borrero identificó al “otro caballero” señalando al abogado de defensa Arturo Negrón García, quien el día de los hechos había llegado hasta la residencia del matrimonio Casellas-Paredes identificándose como el abogado de Casellas. Es entonces a partir de ese momento en que supuestamente ambos, Casellas padre e hijo, rehúsan ofrecer información a la Policía.
Durante su testimonio del miércoles, la exteniente de la Policía Municipal de Guaynabo Ivonne García, había señalado que Casellas Moreno había instruido a su hijo para no dar información de ninguna clase a los agentes de la Policía.
“‘Ni una palabra’” declaró García que escuchó decir al juez federal cuando éste se acercó a su hijo en el área del gazebo, justo al lado de su residencia.
El testimonio del sargento Borrero pareció entrar en conflicto con el de la exteniente de la guardia municipal incluso en términos de cuando Negrón García había llegado a la residencia, e incluso sobre la identidad del abogado, a quien la exoficial municipal identificó erróneamente en sala.
Por otro lado, Borrero confirmó las declaraciones de testigos anteriores, incluido el de la propia exteniente García, a los efectos de que al llegar a la residencia observó el cuerpo sin vida de Paredes.
“Cuando llego al área de la piscina observo el cuerpo de una mujer en una silla, como a unos 10 pies [de la puerta de la terraza]… sentada en una silla con la cabeza echada hacia atrás… La mano derecha colgaba y botaba sangre”, explicó Borrero al jurado del caso.
El sargento admitió que entró al área de la escena para corroborar la condición de la mujer y describió haber visto dos impactos de bala, uno en la frente de la víctima y otro en el pecho. A preguntas del abogado de defensa Harry Padilla, el sargento también señaló que el cuerpo de Paredes “aun emanaba sangre”.
En su contrainterrogatorio, Padilla intentó establecer que la custodia de la escena se había afectado por su entrada “al perímetro de la escena” del propio sargento Borrero y de los agentes municipales que también habían llegado al lugar después de recibirse la querella sobre un tiroteo en el área.
La fiscal Isales cuestionó a Borrero en su turno de redirecto a los efectos de “qué son consideradas extrañas a la escena de un crimen.
“Una persona extraña en una escena puede ser incluso hasta un familiar. Ellos [los guardias municipales] nos prestaron su cooperación”, explicó Borrero a la vez que reconocía que no disponía de policías estatales para custodiar la escena.
La sesión de la mañana terminó con los fiscales poniendo a disposición de la defensa a cuatro de los otros seis testigos que habían citado para declarar en el día. Los restantes dos serán llamados a declarar en la sesión de la tarde.
(CyberNews)