Por: Eulices Nieves
En esta época de nuestra vida que Dios nos ha permitido vivir, donde estamos experimentando momentos proféticos marcados en la biblia que nos afectan directamente, las personas tienen solo dos formas de reaccionar; positivamente o negativamente. Alguien dijo en una ocasión que todo es según el cristal del color con que se mira. Yo te pregunto de qué color es tu cristal, ¿positivo o negativo?
El salmista en el Salmo 145:5 expreso lo siguiente: En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, Y en tus hechos maravillosos meditaré. Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, Y yo publicaré tu grandeza.
Nuestros pensamientos tienen que estar centrados en la hermosura de la gloria de la magnificencia de Dios.
Cuando definimos magnificencia es sinónimo de ostentación, grandeza. El profeta Isaías tuvo esta bendición de ver a Dios en la hermosura de la gloria de su magnificencia y dejó plasmada su experiencia en la biblia. Una experiencia con un cuadro escrito, que el lector del capítulo 6 de su libro se transporta a ese lugar y es testigo de ver también la grandeza de nuestro Dios.
Pero no solo dice esto, sino que dice que “también meditaré en tus hechos maravillosos”. Esto no es otra cosa, que un suceso o hecho extraordinario que causa admiración. Todos los días nuestro Dios crea frente a nuestros ojos estos sucesos que causan admiración a nuestros ojos, pero estamos vedados a ellos. Un bello amanecer, el nacimiento de un niño, el amor a tu pareja, la apertura de una nueva flor, el vuelo de una mariposa por nuestro lado, el trinar de un pajarito en un árbol, un atardecer, el amor de una madre abrazando a su hijo.
Todos los días somos participes de obras grandiosas de nuestro creador, pero que poco observadores somos, debemos reflexionar al respecto y comenzar a tener la misma actitud del salmista ante el mundo. No importa cual oscuro amanezca, nuestra actitud cambia la atmósfera de lo que queremos vivir y ser partícipes. Te invito a ser un transformador de atmósfera de las personas que te rodean. Que vean en ti un agente de cambio, distinto a los demás porque su actitud ante la vida es distinta a la mayoría de las personas, porque en ti habita el Espíritu Santo de Dios. Porque su palabra te ha transformado, porque tus experiencias con Él te han marcado positivamente y han cambiado tu vida para bien.
También dijo el salmista: “Y yo publicaré tu grandeza.”. Esto es otra una declaración, afirmación sin duda alguna en nuestro corazón de compartir con otras personas lo grande que es nuestro Dios. Es una decisión de nosotros de ahora en adelante publicar las grandezas de Dios no solo en nuestras vidas sino en la de las demás personas.
Te pregunto ¿Qué ha hecho Dios en tu vida? ¿Tienes algo que publicar de parte de Dios a otros? Pues no permanezcas más en silencio y conviértete de hoy en adelante en un portavoz de las manifestaciones grandes y maravillosas de nuestro creador. Nuestro Dios no cambia con el tiempo, Él es eterno, Él gran Yo Soy, y es el mismo ayer, hoy y por la eternidad. Además está comprometido con su palabra, la cual cumplirá el propósito para la cual fue enviada.
Imita la actitud del salmista, comparte las buenas nuevas de salvación a otros y cumple el mandato bíblico de “ir y predicar este evangelio a toda criatura”. PUBLICA SU GRANDEZA, Seas grandemente bendecido…