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Pastor Yefri Dominguez
Jeremías 33:3
“Llámame a mí, que yo te responderé. Te contaré secretos grandiosos e inimaginables que tú no conoces”.
Es muy interesante ver como Dios abre su corazón a la oración de todos. Clama a mí, denota una invitación individual y determinada de parte de Dios, que nada ni nadie puede comparar.
Si miramos de cerca las palabras usadas en este poderoso verso de la Biblia y quizás uno de los más conocidos, nos damos cuenta de que es un llamado muy personal a cosas muy particulares de Dios según el compromiso que vemos que Él hace.
Sus compromisos son perfectos y adecuados a nuestras necesidades para suplirlas y Dios siempre cumple.
Tenemos un lugar a donde ir y uno a quien llamar, que no tiene comparación en cómo es o en lo que hace.
Te responderé, te enseñaré, entre otras cosas, dan a entender lo atento que Dios estará a las iniciativas que tomemos de acercarnos y levantar a Él nuestro clamor.
Un clamor es un llamado al cielo para una intervención oportuna que todos necesitamos.
¡Clamemos!
Oración: Padre, en este día clamo a ti por mi vida, mi familia, porque sé que cumplirás lo que prometes, en el nombre de Jesús, amén.