Por: Dra. Alicia Montañez, Ed. D. CMC/ Para Presencia
Catedrática Auxiliar UPR-RP
Coach Organizacional
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(787) 565-7900
El conflicto es parte de la vida de todo ser humano y de toda empresa. El conflicto se define comúnmente como: “choque u oposición que puede existir entre tendencias instintivas o afectivas contradictorias; dos o más necesidades, metas o cursos de acción incompatibles» (Diccionario de Psicología y Pedagogía). El conflicto puede crear estados emocionales tales como: inquietud, contrariedad, apuro, angustia, excitación, molestia, nerviosismo o preocupación.
Cuando los conflictos no son atendidos efectivamente, son génesis de tensión, agresión y hasta violencia. Cuando el conflicto almacena energía y la guarda a presión, es una fuente potencial de violencia. Sin embargo, el conflicto puede convertirse en una fuente de acción creativa y constructiva, si lo valoramos como motor de renovación y desarrollo en la empresa.
Como los conflictos se dan en todas partes, resulta útil conocer sus manifestaciones. Veamos algunos ejemplos:
En el orden físico: un árbol sembrado junto a un muro que interrumpe su crecimiento, romperá con sus raíces el estorbo.
En el orden biológico: el cansancio, las enfermedades y el envejecimiento son conflictos.
En el orden psicológico intrapersonal: los conflictos entre deseos incompatibles, sentimientos, anhelos de desarrollo tareas y habilidades.
En el orden interpersonal: los conflictos de caracteres, gustos, necesidades y opiniones.
En el orden social organizacional: los conflictos familiares, laborales, legales, ideológicos, entre otros.
Nuestra actitud hacia el conflicto, determina nuestra manera de atenderlo. Una actitud positiva y comprometida con el manejo constructivo del conflicto aportará al bienestar y a la paz de todos en la organización. El conflicto pasará a ser una oportunidad de crecimiento que garantizará la renovación y la continuidad de todos los componentes. Es decir, gracias al “conflicto en positivo” que no destruye, sino que problematiza y desafía (Pascual Morán, 2001) la organización estará en un proceso de mejoramiento continuo.
El conflicto manejado positivamente:
1. expone situaciones abiertamente
2. contribuye a clarificar situaciones
3. aumenta la participación
4. mejora la calidad de las decisiones
5. provee mayor espontaneidad en la comunicación
6. es necesario para el crecimiento
7. promueve la cohesión del equipo
El antídoto más poderoso contra el comportamiento violento es la unión saludable entre personas.
Nuestra creatividad y deseo de promover el bienestar organizacional es clave en el manejo positivo del conflicto. “Los líderes pueden usar la tensión creativamente, capitalizar la energía del desacuerdo y encauzar a los participantes a hacer una evaluación crítica de las posturas u opiniones que con tanta convicción defendemos” (Patterson, 1996, 10).
El modelo de consenso desarrollado por Kantz y Lawyer (1994) puede ayudar a promover un clima de trabajo saludable. Este modelo propone que cada persona involucrada en el conflicto:
• Presente su posición clara y lógicamente.
• Escuche reflexivamente las reacciones de los demás y considérelas cuidadosamente antes de expresarte.
• Apoye aquellas soluciones con las que está de acuerdo.
• Busque diferentes opiniones.
• Discuta premisas importantes, escuche cuidadosamente y promueva la participación.
• Busque la alternativa que más beneficie la organización.
El conflicto puede ser interpretado de una manera positiva de modo que todos sean capaces de manejarlo como parte inherente a la vida de las organizaciones. Espero que esta información pueda apoyar tu gestión como líder del cambio organizacional.