Pastor Abner Elías Hurtado
Palabra de Jehová vino a Jeremías diciendo: “Levántate, y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla”, Jeremías 18:1-4.
Cuando la escritura habla del alfarero nos está hablando de nuestro padre celestial. A Jeremías se le revela el poder que Dios tiene para restaurar a una persona y hacerla cada vez mejor. Dice la palabra que el alfarero tenía una vasija que se echó a perder en su mano; cada uno de nosotros representamos a esa vasija, y esta palabra es de bendición porque es necesario que cada uno de nosotros nos deshagamos en las manos de Dios. Es muy terrible ser tomado por los huestes espirituales y ser sacudidos, a ser sacudidos por el mismo Dios. Hay personas, problemas o situaciones de la vida que te pueden deshacer, pero ten presente que ellos no tienen el poder de restaurar, ese poder solo lo tiene Dios. El milagro no es que nos deshagamos en las manos de nuestro Padre, sino que el milagro es que de allí Él puede hacer otra nueva, porque Dios es Dios de oportunidades; y Él quiere que te levantes en este día y te pongas en sus manos para hacerte una nueva persona como Él quiere.
En el principio Dios creó los cielos y la tierra, y la tierra estaba desordenada y vacía, pero el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas; y Dios te dice, no importa que tan desordenada está tu vida en este momento porque Él puede restaurarte y ordenar todo lo que esté fuera de su orden, de su palabra. Dios comienza a reordenar el corazón del ser humano cuando la Luz viene a tu vida, y Jesucristo dice: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”, cuando tu caminas con Jesús todas las cosas comienzan a ordenarse en tu vida. Declara la luz de Cristo en tu vida para que Dios perfeccione su obra en ti.