Por: Pastor Edwin J. Nazario
María, mujer ejemplar
Lucas 1:26-38
Hablemos de María, la madre de Jesús. María fue una mujer humilde y obediente. Estas cualidades no fueron pasadas por alto por Dios. Pero a la misma vez, era una mujer de fe, confiada en su Dios, amorosa, servicial, luchadora, alegre, agradecida, y tantas cualidades que sus acciones denotan.
María tenía unas características que la hicieron ser distinguida por Dios. En el tiempo que esto ocurre, estaban por concluir los 400 años de silencio en los cuales no había profeta en el pueblo de Israel. Por lo tanto, nadie presentó en oración a María para interceder por ella para la tarea. Las semanas anteriores vimos ocho características de esta MUJER EJEMPLAR. Veamos las últimas de las características de esta joven mujer:
1. Protectora de sus hijos: Marcos 3:31-32. Aunque no entendía su ministerio, fue a buscar a Jesús para protegerlo de la humillación.
2. Orgullosa y confiada de sus hijos: Juan 2:3-5 y Hechos 1:14 Tanto en las buenas como en las malas, como madre estuvo con Él.
3. Procuraba la unidad familiar: Marcos 3:31-32 y Hechos 1:14. Una vez el hijo se va al cielo, hizo como Él había dicho. Asistía a las reuniones de sus discípulos como una más, y se hacía acompañar de los hermanos de Jesús.
4. Mujer cumplidora del deber conyugal y de la propia atención a su marido: Mateo 1:25 y 13:55-56.
5. Amorosa: Juan 19:25 Acompañó a su hijo en su ministerio hasta la cruz. Le decían loco, PERO ERA SU HIJO.
María fue escogida para traer al mundo al Mesías. Bíblicamente, solo hay un Mesías. Por lo tanto, ya la mujer para esa misión fue escogida. Sin embargo, hay tanta necesidad de que las demás mujeres escogidas como instrumentos de Dios para la procreación desarrollen las cualidades de María, para que la función que tiene que cumplir tu hijo se logre. Tenemos acceso al mismo Manual del Fabricante que ella tuvo para primero ser forjada en la mujer que agrada al Señor, para ser alabada y distinguida para apoyar a los hombres y mujeres del futuro para alcanzar su potencial. La clave está en la Palabra.