Pastor Premier González
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Cuántas veces hemos dicho estas palabras. Diariamente nos enfrentamos a momentos difíciles o situaciones donde debemos tomar decisiones. La determinación correcta nos llevará al resultado correcto, pero cuando la decisión no fue la correcta el resultado puede ser el incorrecto. ¡Yo quiero reír! Aun así la falta de algún bien, la soledad, la enfermedad, el dolor, la escasez me ha hecho llorar, enojarme y dudar que Dios me escucha.
Hace varios años pasé por una gran escasez financiera junto a mi madre donde por varios meses vivimos sin servicios esenciales como agua y luz. Todo el ingreso recibido del trabajo de mi madre, se utilizaba para el pago de renta, carro y combustible. Era el escenario perfecto para la desesperación y el mismo que muchos viven hoy. Aun así pudimos entender que Dios tenía un propósito y esta palabra llegó a mi vida: “Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, u nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con estos”: Salmos 126:1-2.
Fuimos cautivos de la desesperanza, presos del dolor de la oscura espera. Sin embargo, Dios nos hizo ser soñadores y de nuestras bocas solo salía alabanza y agradecimiento por lo que no teníamos y ocurrió el milagro donde Dios proveyó todo y más de lo que necesitábamos. Cuando esperamos a su tiempo nuestra boca se llena de risa, de alabanza y nuestros días de espera son gratos porque sabemos que Dios está presente. Fuimos creados para grandeza y lo que hoy vives es un escalón más para llegar a lo prometido y de esta forma podrás decir hoy volveré a reír porque tengo los motivos correctos y a Dios que pelea por mí.