Por: Apóstoles Iván García y Amarilys Ramos
Todos los sentidos, la mirada, el oído, todo lugar en nuestra vida tiene que estar enfocado en la Palabra de Dios. Tienes que guardarla en el corazón para que pueda salir de allí en el momento correcto. Esto te ayudará a enfocarte en lo correcto y te va a traer revelación para que no vayas para atrás sino que vayas avanzando hacia tu destino espiritual.
Examina a la luz de la Palabra las elecciones que haces cada día y no permitas que tu vida esté manipulada por conflictos y mucho menos por lo que el mundo pueda venir a tentarte.
Tenemos que poner los ojos en Jesús para correr la carrera que tenemos por delante con paciencia.
Tenemos que enfocarnos en el verbo hecho carne, en el Dios todo poderoso, en la Palabra viviente recibiendo la revelación de su presencia y permitiendo que opere Dios en nuestra vida para que fluyan las cosas buenas desde el interior: el poder del amor, de la bendición y de la sabiduría.
Por eso ese poder del enfoque, tienes que utilizarlo todo el tiempo. Esa palabra que recibes, permite que renueve todo tu ser, cambiando tu manera de pensar y de hablar para que puedas ver cambios que te vayan llevando al camino de la bendición.
El poder del enfoque te lleva a experimentar un nuevo nivel de crecimiento y de descubrimiento. Comienza a vivirlo hoy.