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Por: Giovanny y Ximena Rodríguez
2 Samuel 23:20-21 Después, Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón esforzado, grande en proezas, de Cabseel. Éste mató a dos leones de Moab; y él mismo descendió y mató a un león en medio de un foso cuando estaba nevando. También mató él a un egipcio, hombre de gran estatura; y tenía el egipcio una lanza en su mano, pero descendió contra él con un palo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su propia lanza. (Reina Valera 1960)
Leer este pasaje me lleva a dos ideas claves en el desarrollo del éxito de la vida de Benaía, que le ayudaron a ver la oportunidad en cada momento.
Primero, la formación del carácter por parte de los padres es fundamental. Cuando el pasaje menciona a nuestro protagonista, también menciona a su padre y le da una característica: era un varón esforzado. Nosotros como padres debemos ser esforzados en cada momento, somos el ejemplo para dar la mejor lucha. Joiada no daba nada por perdido y de hecho, sus hechos eran recordados por toda la comunidad, sus obras eran proezas. Benaía fue lo que aprendió de su padre. Joiada le enseñó a Benaía que era necesario enfrentar los problemas porque en cada victoria está el poder.
Segundo, aceptar el reto. Benaía hizo dos acciones que marcaron el rumbo de su vida. La primera fue enfrentar leones, no huyó de ellos, salió a enfrentarlos. Muchas de las costumbres de las personas normales es huir o darle la espalda a los problemas, creen que ellos por sí solos se resuelven. Benaía aprendió la lección de su padre, sabía que las llaves del poder están detrás de los problemas y esos leones marcarían el inicio de un estilo de vida diferente, una vida de valiente; pero había un reto más adelante que fijaría su rumbo y era enfrentar al egipcio, donde en condiciones normales nadie lo enfrentaría solo con un palo; pero Benaía vio la lanza del egipcio y entendió que su victoria estaba en tomar la lanza. Para los problemas de hoy necesitamos tomar la lanza y usarla a nuestro favor.
Cada situación que vivimos Dios la usa, para que desarrollemos fe convencidos que Él está a nuestro lado y que los problemas al ser enfrentados y vencidos nos dan un poder para ayudar a otros a tener fe y saber que hay algo más detrás de los problemas.
Nuestro Padre celestial forma nuestro carácter para vencer y ayudar a otros a vencer.
¡Dios te bendiga!