(Foto/Archivo)
Juliana Guzmán
Asi que arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refigerio (Hechos 3:19).
Las pruebas que cada uno de nosotros enfrentamos tienen fecha de vencimiento. En el tiempo de Dios esa prueba que atravesamos termina y en el proceso vamos viendo atisbos de la luz de Dios en el camino. Lo que parecía imposible, difícil de atravesar y algo que pensamos no tenía solución cambia cuando Dios extiende su mano y provee una respuesta.
El diccionario de la Real Academia Española ofrece una definición de la palabra refrigerio que nos ayuda a entender la frase: tiempos de refrigerio. Refrigerio se define como alivio o consuelo en cualquier apuro, incomodidad o pena. El Señor conforta nuestra alma y nos da descanso como dice el Salmo 23. Dios está atento a todas sus obras, Él observa y examina nuestra mente y corazón. Él conoce todas nuestras necesidades y escucha nuestro clamor. Al acercarnos a Dios en rendición total, y hablarle desde nuestro corazón con sinceridad y arrepentimiento de nuestros pecados recibimos su perdón. Su amado hijo Jesús hizo todo por nosotros en la cruz, solo tenemos que acercarnos a Él, confesar nuestros pecados, arrepentirnos y aceptarlo como único y exclusivo Salvador de nuestra vida. El sacrificio de Jesús por nosotros fue el precio de nuestra redención y su sangre nos limpia de todo pecado.
Dios quiere que caminemos en obediencia a su palabra y que seamos personas íntegras y vivamos en rectitud delante de Él. En repetidas ocasiones en la Biblia vemos como Dios prometió bendecir a los personajes bíblicos y al pueblo de Israel si escuchaban su voz y no se apartaban de Él. Dios quiere que le busquemos y que seamos hacedores de su palabra. Debemos seguir orando, luchando en el espíritu por nuestras bendiciones. Cuando Jacob luchó con el ángel le dijo: “no te dejaré si no me bendices” (Gen 32:26). En la primera carta de Pedro 5:10 dice: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”. Este versículo nos afirma que seremos probados, pero podremos vencer y Dios nos mantendrá firmes y victoriosos. Las experiencias que hemos tenido que vivir nos acercan más a Dios y a su propósito en nosotros. Tenemos un destino que es vida eterna con Jesús y nuestro Dios. En cada proceso que Dios ha permitido hemos sido fortalecidos, corregidos, enseñados y nuestra fe ha crecido.
Segunda de Corintios 4:17 dice: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”.
Dios es fiel a sus promesas. De la manera que recompensó a los personajes bíblicos, también hará con los que creemos en su Hijo Jesucristo y nos mantenemos firmes creyendo sus promesas y en El que prometió. Hay una temporada nueva de Dios para ti, tiempo de bendición, tiempos de refrigerio de parte del Señor.