Por: Nellie Torres de Carella
patóloga del habla y lenguaje
SAN JUAN – Como todos los años, el próximo 2 de abril se ha denominado como el Día Mundial para Crear Conciencia sobre el Autismo. Ese día toda una marea de personas alrededor del mundo nos vestiremos con algo azul en solidaridad con los padres y madres de estos niños que cada día se esfuerzan por brindarles los servicios adecuados que les ayuden a tener una vida más funcional. Algunos edificios emblemáticos se iluminarán de color azul y muchas actividades alusivas a este diagnóstico se realizarán en todo el planeta.
El diagnóstico de autismo, de igual forma, sigue subiendo como una ola, lo que constituye una plaga sobre la cual aún se sabe muy poco, sobre todo su causal. Frecuentemente siguen saliendo resultados de investigaciones que tratan de explicar la raíz del autismo, pero todas terminan con el estribillo “aunque se ha encontrado que ese gen, esa enzima, ese suceso durante el embarazo o algo en la madre está asociado al autismo, aún no es concluyente”. Mientras todos esos datos siguen saliendo, la preocupación de los padres y madres de niños con autismo sigue siendo la misma.
¿Qué es lo que más preocupa a los padres y madres de niños con autismo?
El problema que los autistas tienen para comunicarse es la preocupación número uno. Las conductas atípicas de aleteo, mirada periferal, fijación con objetos o temas, rituales y otras conductas, pueden llegar a tolerarse, a aceptarse como “manías», a trabajarse algunas con modificación de conducta o, en el caso de un alto nivel de actividad o de obsesiones, pueden recurrir a la medicación. Pero, ¿cómo saber lo que le pasa a un niño que no se comunica? ¿Por qué llora, será algo serio? ¿Cómo va a comunicarse si alguien le hace algo malo?
¿Qué causa el problema de lenguaje tan significativo en los niños con autismo?
Las más recientes investigaciones sobre los problemas del lenguaje en niños con autismo señalan un problema de procesamiento auditivo.
Aunque el autismo se considera como un desorden, lo cual implica una serie de características atípicas presentes y comunes en un grupo de individuos, la dificultad con la cual es más difícil trabajar es el problema de lenguaje.
Recurrentemente se han reportado los resultados de ciertas investigaciones que podrían explicar los problemas del lenguaje del niño con autismo, y que apuntan a un problema de procesamiento auditivo como causante del mismo.
Procesamiento auditivo es la habilidad de recibir, secuenciar y analizar los sonidos. Se ha reportado asimetría en los hemisferios del cerebro del niño con autismo y falta de maduración en algunas áreas del hemisferio derecho.
El impedimento de lenguaje, señalan otras investigaciones, de algunos niños autistas es resultado de una pobre sincronización dentro del cerebro y entre las regiones de este encargadas del procesamiento del lenguaje. Esto resulta en una desorganización: las diferentes áreas del cerebro no se integran para trabajar en conjunto.
Otro estudio reporta que las dificultades de lenguaje en niños con autismo pueden ser resultado de un procesamiento auditivo inconsistente, principalmente en su desarrollo pre-lingüístico o previo al desarrollo del lenguaje expresivo. Por lo tanto, el diagnóstico primario no debería ser un problema del desarrollo del lenguaje o un desarrollo anormal de lenguaje, sino que es un síntoma del problema primario, que es un desorden de procesamiento auditivo.
Inclusive, una investigación reportó que mientras los niños con autismo escuchan los sonidos del lenguaje, muestran una menor activación en las áreas del cerebro relacionadas al lenguaje, comparadas con una alta activación en niños no autistas. La percepción anormal de los sonidos del habla puede explicar los impedimentos del lenguaje en niños con autismo. Esto es lo que reportan diversas investigaciones, pero los padres de niños con autismo lo que ven son las conductas secundarias a un problema de procesamiento auditivo.
¿Qué conductas exhibe el niño con autismo, reflejo de un desorden de procesamiento auditivo?
1) Hipersensitividad a los sonidos, por lo cual se cubre los oídos, se aleja de fuentes de sonido o reacciona con una rabieta o crisis a sonidos fuertes.
2) Hiposensitividad: parece como si estuviera sordo porque no reacciona a sonidos, ni a su propio nombre, aunque el audiólogo ha certificado que oye bien.
3) Ruidos constantes con la boca debido a que no procesa adecuadamente el lenguaje, estímulo sensorial que demanda el cerebro, por lo cual el niño responde auto estimulándose con sonidos y a veces con gritos de alta frecuencia.
4) Rabietas en un ambiente ruidoso debido a que se satura de información o estímulos auditivos al no poder enfocarse en uno relevante, principal o que sea de interés e ignorar el resto de los sonidos
5) Esconderse o aislarse más cuando escucha ruidos fuertes y continuos, como lo son los de aviones, aspiradoras, licuadoras o cortadoras de grama, entre otros.
6) La ecolalia o la repetición de lo que oye. Las más recientes investigaciones relacionan a la ecolalia con un problema de procesamiento auditivo.
7) Retroceso severo en su desarrollo del habla y del lenguaje, tanto receptivo como expresivo.
¿Cómo se puede ayudar a estos niños?
La terapia auditiva debe ser parte esencial del tratamiento de estos niños con el objetivo de aumentar su procesamiento auditivo aumentando la atención auditiva, la localización de la fuente de los sonidos (de dónde viene el sonido), poder enfocarse en sonidos específicos ignorando otros que compiten con el principal y la comprensión del mismo. Todas estas destrezas son precursoras de un desarrollo lingüístico.
Un protocolo de terapias que incluyan la terapia auditiva, así como terapia de juego para desarrollar las destrezas pragmáticas o sociales es lo más recomendando para estos niños. El acercamiento de terapia de juego en el piso o floortime, desarrollado por el Dr. Stanley Greenspan, es excelente para desarrollar la comunicación con propósito en niños con autismo y ha sido validada con diversas investigaciones que confirman su efectividad. El programa de intercambio de tarjetas o Picture Exchange Card System (PECS por sus siglas en inglés) ayuda a los niños no verbales con autismo a desarrollar un sistema de comunicación y eliminar o disminuir muchas o algunas de las conductas inadecuadas (gritos, llanto). El uso de este sistema también puede utilizarse como una etapa intermedia, en lo que surge el lenguaje verbal, al ser un instrumento para que desarrollen el concepto de comunicación.
Aún quedan muchos horizontes por alcanzar en el diagnóstico de autismo, un enigma en cuanto a la (las) causa(s) del mismo y un reto social de la Humanidad que debe proveerle el tratamiento que necesitan y que merecen.
La autora es patóloga del habla y lenguaje y directora del Instituto Fonemi de Puerto Rico. El Instituto Fonemi de Puerto Rico es una institución terapéutico-educativa que utiliza los programas modalidades y técnicas de terapia más efectivas, como la terapia sensorial auditiva Tomatis, el programa Lindamood Bell, la terapia oral-motor, la terapia para apraxia del habla infantil y la de narrativa, para ayudar a niños y jóvenes con diversos desórdenes de desarrollo o diagnósticos a superar muchas de sus dificultades. Ha desarrollado un programa integrado e intensivo para niños con autismo, problemas de lectura y escritura, apraxia del habla infantil y para prescolares con implante coclear. Para información, llama al 787-774-1163 / 1164, accede a nuestra página de internet www.fonemipr.com, o escribe al correo electrónico info@fonemipr.com.