Por: Redacción Presencia
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Las tortugas son animales asombrosos y cada día es más común poseerlas como mascotas, ya que son muy fáciles de mantener. Sin embargo, debes tener en cuenta que en Puerto Rico hay ciertas regulaciones y restricciones que limitan la posesión de este animal. Antes de comprar una, oriéntate.
Las tortugas las podemos dividir en tres grupos: tortugas marinas: grandes y tienen aletas en vez de patas; tortugas terrestres: caparazón arqueado y alto, patas fuertes y adaptadas para escarbar, y tortugas acuáticas: patas aptas para nadar con dedos unidos por membranas.
Este último grupo es el más común como mascota, y la especie más común es la tortuga de orejas rojas o tortuga de Florida.
La tortuga de orejas rojas
Deben su nombre a las manchas rojas que tienen a ambos lados del cuello mientras que su caparazón es verde con algunas manchas amarillas. Son propias del Sureste de EE.UU. y norte de México, aunque ahora se encuentra en todos los países, en algunos están prohibidas porque representan una amenaza para otras especies.
Su dieta es variada y consiste de al menos dos tipos de alimentos. Cuando son jóvenes (hasta los dos años), son carnívoras, porque es muy importante la alimentación en esta edad, a base de alimentos preparados o carne, mientras que las más viejitas tienden a ser vegetarianas.
Para el crecimiento de estas tortugas es necesario ofrecerles una dieta variada. Un error muy común es alimentarlas solo a base de comida seca. Éstas pueden dárselas de manera ocasional pero nunca diariamente. Lo que debes evitar es ofrecerle carne, pollo, pavo o atún, porque aunque les encanta, el gran contenido proteico, trae consecuencias en el crecimiento del caparazón.
Las tortugas poseen una alta necesidad de calcio y vitamina D, que son muy importante para su crecimiento y desarrollo del caparazón, por lo que se les debe suministrar en la dieta, ya sea por medio de gotas, pastillas o con alimentos preparados.
Antes de adquirirlas, hay que tener en cuenta que las tortugas crecen rápidamente. Lo ideal es comprar un tanque de agua bastante grande para que la tortuga se desarrolle sin problemas.
Ya que comen en el agua y duermen en la tierra, deben tener acceso a los dos medios.
El nivel de agua debe de ser por lo menos dos veces el tamaño de la tortuga porque les gusta mucho nadar, y además debe tener la profundidad suficiente para que ella pueda voltearse sin accidentarse o caer patas arriba (unos 3/4 del largo de la tortuga).
Es muy recomendable también ponerles alguna planta acuática.
También es muy importante que mantengas el acuario limpio. Si no tienes un filtro, entonces tienes que limpiar el tanque por lo menos una vez por semana. Si tus tortugas son aún bebés y no tienes un filtro, cambia el agua cada dos días y no utilices ningún producto abrasivo.
Es muy importante que el agua que le pongas no contenga cloro, por lo tanto, al llenar el estanque, deja reposar el agua al aire libre durante 24 horas para que quede completamente libre de cloro.
¡Qué no les falte el sol!
Es muy necesario incluir en el acuario un área donde la tortuga pueda secarse totalmente al tomar sus baños de sol. Esto es bien importante, ya que el calor activa su sistema inmunológico. De igual forma, necesitan los rayos UV para procesar adecuadamente sus alimentos y poder asimilar los nutrientes.
Proporciónale un área con sombra. Aunque necesitan la luz solar, dejarlas expuestas por mucho rato puede causarle daños muy serios y hasta podría morir.
Observa a tu tortuga todos los días, cualquier cambio importante en su conducta puede significar que algo no anda bien. Asegúrate de conseguir un médico especialista en este tipo de mascotas y siempre ten a la mano su número de teléfono.