Por: Rvda. Madelyne Figueroa Álamo
Pastora Asociada Primera Iglesia Bautista de Carolina
“Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía” Éxodo 17:11
Cuando en el 1940 se habló de “Manos a la Obra”, estaba implícita la invitación a cumplir un plan esbozado. Escrito el plan no tenía ningún efecto, se requería la acción de muchas manos, diversas, pero trabajando en la misma dirección.
Moisés guió al pueblo por el desierto por 40 años y cada vez que enfrentó una situación alzaba sus manos en oración al Dios que le había llamado. Moisés le dijo a Josué: “Ve a la batalla y yo estaré en el monte orando.”. Levantar las manos requiere de valor, tomar decisiones difíciles pero importantes y la disposición a permanecer en la brecha. Moisés no sabía cuánto tiempo duraría el combate, pero confiaba en que Dios le daría la victoria.
Hay días en que necesitarás que otros intercedan por ti. En la enfermedad, incertidumbre, pérdidas de seres amados, crisis de familia, necesitarás de familiares, hermanos en la fe, amigos, compañeros de trabajo y estudio que te brinden apoyo y consuelo.
Para celebrar es necesario orar. No puedes quedarte a solas en el análisis reflexivo, buscando un culpable, evaluando; tienes que orar. Dios te dará la victoria en tu vida, familia, trabajo, estudios, cuando te levantes y confíes en que Dios tiene planes de bienestar para ti y tu familia. Toma la sabia decisión de permanecer orando y reclama la promesa de victoria.