Por: Nellie Torres, PHL / Para Presencia
Directora, Centro Tomatis de Puerto Rico
San Juan, Puerto Rico- Se hace cada vez más frecuente ver a niños de 2 a 3 años que apenas hablan, sin embargo la dificultad no es producto de un diagnóstico como el de autismo, pérdida auditiva o diagnósticos similares que acarrean en sí un problema para el desarrollo de una comunicación efectiva. La mayoría son niños típicos cuyo diagnóstico primario es un retraso en el desarrollo del habla y lenguaje.
La magnitud del problema es tan significativa que comenzamos a indagar posibles causales, no para el diagnóstico, sino para la severidad del mismo. Es durante ese proceso de recopilación de datos que surge la posible explicación: la mayoría de ellos han pasado los primeros dos a tres años de sus vidas frente al televisor.
La sobre exposición en estos primeros años a la televisión, vídeos (incluyendo los famosos Baby Einstein) o computadoras privan a los niños de horas en las cuales podrían estar desarrollando actividades interpersonales, juegos sociales y la exploración del ambiente. El desarrollo del lenguaje requiere de un emisor y un receptor, es una actividad interactiva, contrario a la televisión que es puramente visual-pasiva.
Con Barney, Dora u otros personajes aprenden colores, números y letras, pero no pueden expresar unas necesidades básicas. Si la exposición a la televisión es en otro idioma, el daño es aún mayor, algunos de estos niños hablan con un acento extraño y presentan mucha dificultad para entender y usar las reglas de estructura del español, como lo son el conjugar los verbos, uso de elementos de género, número o persona.
Otra característica de estos niños es la de un lapso de atención sumamente corto. La sobre exposición a la estimulación visual que proveen los programas para niños, la cual se caracteriza por movimientos rápidos y colores, causa que las destrezas de procesamiento auditivo se queden rezagadas. Estas destrezas son vitales para el desarrollo de una buena atención auditiva.
Exponerse a tantas horas frente al televisor limita el movimiento de los niños, por lo cual el sistema sensorial en general (incluyendo el vestibular) es privado de una información del medio ambiente que requiere para un desarrollo y modulación sensorial adecuada que, a su vez, redundaría en una mejor atención.
¿Cuánta exposición es dañina? La Sociedad Americana de Pediatras recomienda que los niños de dos años o menos no estén expuestos a la televisión porque tal actividad no redunda en beneficios para su desarrollo. Los optómetras advierten del daño al desarrollo de la visión. La percepción visual y el desarrollo de la visión, en general, ocurre dentro de los primeros 8 años de vida, por lo cual, antes de esa edad no es prudente el que pasen horas con sus ojos enfocados en la televisión.
Finalmente, una investigación de un estudio de la Universidad de Montreal en Canadá y de la Universidad de Michigan en Estados Unidos reporta sobre los efectos negativos de la televisión en niños de 2 años. En el estudio se evaluó la ejecución de los niños en la escuela y los padres indicaban cuántas horas de televisión los niños veían. Las dificultades encontradas fueron las siguientes:
- Dificultad para el ajuste escolar y desenvolvimiento en el salón de clases.
- Dificultad de actividad física con las consecuencias que esto conlleva.
- Tendencia a comer alimentos poco saludables o chatarra.
¿Se necesita alguna evidencia adicional para que limitemos la exposición a la televisión a nuestros niños?
- El Centro Tomatis de Puerto Rico es una institución terapéutico-educativa que utiliza los programas modalidades y técnicas de terapia más efectivas, como la terapia sensorial auditiva Tomatis, el programa Lindamood Bell, la terapia oral-motor, la terapia para apraxia del habla infantil y la de narrativa, para ayudar a niños y jóvenes con diversos desórdenes de desarrollo o diagnósticos a superar muchas de sus dificultades. Ha desarrollado un programa integrado e intensivo para niños con autismo, problemas de lectura y escritura, apraxia del habla infantil y para prescolares con implante coclear. Para más información puede llamar al 787-774-1163 / 1164, así como escribir al correo electrónico email@centrotomatispr.com