Ya comenzó el mes de julio, que sigue siendo, sin duda, el mes de vacaciones para la mayoría de personas de los puertorriqueños. Vacaciones que también en la mayoría de casos tienen que ver con viajes en avión y baños en playa y piscina, prácticas que, si no se toma una precaución mínima, pueden acabar dañando a los oídos y afectando los esperados días de diversión. Los datos son ilustrativos: el número de personas atendidas por infección de oído aumenta casi el doble durante la época veraniega.
Playa, piscina…y otitis
El principal riesgo para los oídos durante el verano se llama otitis externa u oído del nadador. Se trata de una infección del canal auditivo externo causada por la entrada de hongos o bacterias, y que se produce al exponer los oídos a humedad excesiva y continua, esto es, al bucear o nadar con la cabeza bajo el agua. Esta dolencia, más común en niños y jóvenes, provoca dolor, inflamación, picazón y secreciones en el oído. Conviene acudir rápidamente al otorrinolaringólogo; cuando es tratada correctamente por el médico normalmente desaparece al cabo de siete a diez días.
Una posible solución es el uso de tapones de baño (llamados catamaranes), que sellan el conducto y el pabellón del oído y lo protegen de posibles infecciones. Otra acción preventiva capital es secar bien los oídos con la punta de la toalla o con un paño después de cada baño (tanto si este se produce en lugares públicos como en la bañera o ducha de casa.
Fuente: http://www.gaes.es/