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Profeta Emilia López Castro
Mateo 6:11= Danos hoy nuestro pan cotidiano.
¿Ya le has dado gracias a Dios por tu sustento diario? Si aún no lo has hecho, aprovecha y hazlo ahora. El señor tiene suficiente para suplir todo lo que necesitas cada día.
No tienes que preocuparte por lo que te hará falta en los próximos días. Eso solo hará que te llenes de ansiedad y te inquietes. Pídele a Dios aquello que necesitas el día de hoy. Él sabe, oye y tiene la gracia necesaria para cada nuevo día, sus misericordias y sus bondades son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3: 22 – 23).
El pueblo de Israel supo lo que es vivir confiando en dios cada día. Mientras caminaban por el desierto el señor suplía sus necesidades todos los días a través del cielo, el agua, la luz y el calor en las noches frías y con una nube que proporcionaba sombra fresca para los días en medio del caluroso desierto.
Experimenta también lo que es vivir por fe un día a la vez, confía tu vida a Dios cada día y comprueba que la gracia de Dios es suficiente para ti.
Experimenta la gracia de Dios este día:
No estés ansioso por el día de mañana, presenta a Dios en oración tus necesidades para este día.
Confía en la providencia del señor. Él no se olvida, sino que te cuida de ti todos los días.
Dios no prometió riquezas en este mundo, pero da lo suficiente para que tengamos la provisión diaria.
Busca conocer mejor a Dios a través de lectura y el estudio de la Biblia: <No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios > (el pan espiritual) Mateo 4:4.
Sé agradecido por todo lo que el señor hace en tu vida cada día. Comparte con alguien lo que dios te ha dado por gracia.
Oremos:
Señor muchas gracias por el pan nuestro que nos das todos los días. Concédeme hoy también por tu gracia el sustento necesario para este día. Ayúdame a confiar que tu provees conforme a mis necesidades, no permitas que yo me llene de ansiedad o preocupación sobre el día de mañana porque todo te pertenece mi señor. Que las circunstancias de la vida no me impidan ver tu cuidado cada día, en el nombre de Jesús, ¡Amén!