Por: Erika Zoé Alvarado / Para Presencia
El hábito higiénico de los gatos de lamerse y su afán por limpiar su cuerpo periódicamente, en ocasiones puede provocarles serios problemas.
Sabemos que el gato es un animal limpio por naturaleza. Se limpian solos varias veces al día, ya que esto es uno de sus mayores entretenimientos y al que le dedican mucho tiempo.
Este hábito tan favorable para su higiene a veces les causa graves consecuencias. Su lengua áspera, debido a la rugosidad de sus papilas gustativas, se convierte en un cepillo que arrastra los pelos muertos. La mayor parte de éste acaba siendo tragado y puede llegar a formar bolas de pelo en el estómago. El gato ingiere grandes cantidades de pelo que, sometido a los distintos procesos de la digestión, generan bolas más o menos grandes.
Una vez el pelo entra en el sistema gastrointestinal tiene tres posibilidades:
- Recorrer el sistema completo y ser expulsado en la excreta.
- Acumularse en el estómago y ser expulsado vía vómito.
- Acumularse en cualquier área del sistema gastrointestinal y obstruirlo.
La primera opción es la ideal, la segunda es problemática y la tercera puede ser mortal.
En los casos graves cuando estas bolas son demasiado grandes y quedan retenidas en el intestino se produce un estado de malestar general en el animal, que puede culminar en una pérdida total del apetito y de las funciones intestinales.
La presión constante de este material sobre las paredes intestinales puede provocar daños irreparables como la falta de flujo sanguíneo, lo que provocará la descomposición de esa área intestinal y su eventual ruptura, provocando así una peritonitis (infección del abdomen) que le costará la vida al gato en corto tiempo.
¿Cuán frecuente es este problema en los gatos?
La frecuencia varía entre mascotas pero ciertamente gatos de pelaje largo (como los persa) padecen de problemas con bolas de pelo con mayor regularidad que gatos de pelo corto.
¿Qué podemos hacer para prevenir esto en nuestras mascotas?
- Cepillado diario – esto ayudará a recoger en el cepillo gran parte del pelo suelto evitando así que el gato se lo trague al acicalarse.
- Laxantes – el uso de laxantes para gatos ayuda a expulsar el pelo en sus heces fecales. Los laxantes para gatos están hechos a base de aceite mineral que es un lubricante natural y al no digerirse pasa por el sistema gastrointestinal facilitando el paso del pelo. El aceite vegetal no funciona igual pues es digerido por el sistema y no logra lubricar bien el mismo. Bajo ningún concepto usaremos laxantes humanos en nuestros gatos, pues son tóxicos para ellos.
- Comidas con laxantes integrados – no todos los gatos son fáciles de medicar. Para aquellos que no acepten el laxante, existen dietas balanceadas con laxantes integrados para facilitar la prevención de bolas de pelo.
Las bolas de pelo son un problema común pero potencialmente peligroso para nuestros felinos y es nuestra obligación tomar las medidas necesarias para garantizar su buena salud.