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Pastor Jaime Gutiérrez Mora
Misión Cristiana Torreón Fuerte (Medellín, Colombia)
Muchas veces, hemos dudado de la presencia de Dios en nuestras vidas o tenemos la percepción de que está lejos. No es que Dios se aleje de nosotros, es que nosotros nos alejamos de Dios. No es que Dios no esté con nosotros, es que nosotros no estamos con Dios.
¿Has diluido alguna vez sal en un vaso de agua? Lo probaste y pudiste percibir el sabor salado; si la cantidad de agua aumenta, el sabor salado desaparecería, aunque la sal aun esté. Asimismo pasa en el área espiritual, metemos tantas cosas en nuestras vidas, que la fe está diluida. Metemos el pecado, que contrista, apaga o diluye al Espíritu Santo; metemos el mundo, el celular y las relaciones, que hacen el mismo efecto. Si sacamos toda el agua del experimento químico, obtendríamos cristales de sal y si quitamos muchas cosas de nuestras vidas y de nuestras costumbres, encontraríamos una fe como ninguna otra e incluso podríamos ver claramente a Dios en nosotros.
Hebreos 3:12-13
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
No nos dejemos engañar. Algunos dicen, que no es necesario estar metido en la iglesia, o que dedicamos mucho tiempo a las cosas espirituales, pero son palabras engañosas para diluir nuestra fe. El congregarse, la oración y una vida devocional en el Señor son necesarios para mantener la fe. La palabra de Dios y sus promesas nos mantienen y nos ayudan a tener una fe intacta, sabiendo y esperando su cumplimiento.
Proverbios 17:3
El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; Pero Jehová prueba los corazones.
Necesitamos purificarnos, deshacernos de lo que nos aleja de Dios, cosas dañinas y que nos oponen a la fe.
Dijeron los apóstoles al Señor: “Auméntanos la fe”, es decir, la tenemos diluida, enséñanos cómo pedir y pasar las pruebas. Si los que estaban con Jesús, pidieron aumentar su fe, es decir, más de ti Señor, ¿quiénes somos nosotros para sentirnos con una fe suficiente? Dios nos dará todas las cosas, en la medida que nuestra fe permanezca pura y concentrada.
En 1 Corintios 13:13 nos dice el Señor: Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. Hay cosas que deben permanecer en nuestras vidas y de primera está la fe. Hago un llamado para que desarrollemos actividades y hábitos que hagan permanecer la fe en nuestras vidas, familias y sociedad. Alcanzaremos la victoria y agradaremos a Dios, porque sin fe es imposible hacerlo. Muchas bendiciones.