Por: Nellie Torres de Carella, patóloga del habla y lenguaje / Para Presencia
Centro Tomatis de Puerto Rico
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De seguro que los padres comenzaron a utilizar el bobo por la ventajas del mismo. Cuando bebé, satisfacía el reflejo de chupar de todo infante; lo calmaba, lo distraía en lo que le preparaban su leche y lo ayudaba a quedarse dormido. Además, contrario al hábito de chuparse un dedo, ellos pensaron que sería fácil botar el bobo cuando fuera más grande, lo que no podrían hacer con el dedo. Sin embargo, esas ventajas de la infancia ya no lo son luego que pasa el año, al compararlas con lo perjudicial que es el continuar con su uso.
Las infecciones de garganta y oído son más frecuentes en los niños que usan el bobo debido a los gérmenes que se acumulan en los mismos. Un estudio reportó que los niños que no usan bobo sufren 33% menos infecciones de oído que los que los usan.
Las infecciones de oído recurrentes pueden afectar el desarrollo del lenguaje. Mantener el bobo en la boca afecta la maduración del proceso de tragar, perpetuando un movimiento lingual inmaduro, lo que causará problemas con la dentición y con el desarrollo de los sonidos del habla o articulación.
Si usted está decidido a eliminar este hábito en su niño, a continuación le proveemos unas recomendaciones:
Quite el bobo cuanto antes. Mientras más tiempo pase, más difícil será eliminarlo.
Puede eliminarlo gradualmente, dejarlo sólo para dormir en la noche y luego sólo para cuando se despierta en la noche.
Puede colocarle al bobo una sustancia con sabor desagradable que se usa para eliminar el hábito de comerse las uñas o chupar dedo.
Puede leerle cuentos dirigidos a romper ese hábito. Aunque son en inglés, puede traducir lo básico al español. Al tener las ilustraciones, el niño entenderá el mensaje. Algunos de esos cuentos son los siguientes:
Bye Bye Pacifier por Louise GiKow
No More Pacifier por Melanie O’Brien
Pacifiers are not forever por Elizabeth Verdick
Canjearlo por algo que le guste mucho (regalo).
Si se pierde el bobo, ¡no lo encuentre ni salga corriendo a comprar otro!
Si al eliminar el hábito su niño lo sustituye por comerse las uñas, chupar un dedo o un paño, su niño podría tener una alteración sensorial oral y está buscando sensación. En ese caso, una evaluación oral sensori-motor por una patóloga del habla y lenguaje con experiencia en este tipo de dificultad es lo recomendable.