Por: Apóstol Iván García y Amarilys Ramos
“Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré”
Salmo 91:15
En el mundo en que vivimos, es común encontrar gente que tiene problemas, y los cristianos no somos una excepción. Algunos creyentes piensan que al comenzar a vivir por fe, serán inmunes a las circunstancias y no tendrán más dificultades. Otros tratan de demostrar que nunca tienen problemas, porque piensan que si lo admiten, no tienen fe.
Estas ideas no son correctas. La Biblia nos advierte que es posible encontrarse con pruebas en el camino. 1 Pedro 4:12 dice que no nos sorprendamos del fuego de prueba que nos ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña nos aconteciese; Salmo 34:19 aclara que muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo librará Jehová; Santiago 1:2 nos alienta a tener por sumo gozo cuando nos hallemos en diversas pruebas. Hay muchas escrituras que nos dicen que los problemas existen, pero también nos dicen que podemos vencerlos con la ayuda de Dios.
El secreto es hablar con Dios de nuestros problemas, y Él nos guiará hacia la Victoria.
Algunas personas quieren contarle sus problemas al pastor, al médico, al abogado o a un amigo. Dicen: “Si pudiera hablar con alguien”. No hay nada malo en hablar con alguien, pero ¿¡porque no hablar con Dios primero!? Porque no hay nadie que pueda darle la ayuda que Dios puede darle. Su promesa es “Lo libraré y le glorificaré”. Con Él hay garantía de Victoria.
El Diablo quiere que usted piense que no hay salida. Pero con Dios siempre hay salida. Cuando usted se acerca al Padre celestial en busca de una respuesta divina, Él le dará la provisión de la fortaleza sobrenatural para resistir, y la sabiduría para salir victorioso del problema.
No hay problema que no pueda ser vencido, sólo deje que Dios le ayude, Él le dará dirección, liberación y Victoria. Porque lo ha prometido en su Palabra.
¡Es para usted la Victoria!
