Job 6:4 – Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten.
Por: Karinna Bejarano
Aquí vemos que este hombre se sentía desolado y afligido, su mayor sufrimiento era que Dios parecía haberlo abandonado, pero aun así Job se ha sincerado con su creador, le dijo exactamente como se sentía y hasta maldijo el día que nació. Creo que es mejor expresar nuestras dudas y nuestras emociones a Dios en una sincera oración, tenemos también el ejemplo de Jesús en Mateo 26:39 cuando dice: “Pasa de mi esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”.
Habacuc nos recuerda que, aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos; aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegrare en Jehová, Y me gozare en el Dios de mi salvación. El manifiesta que no servía a Dios por lo Dios le daba, sino porque era Dios, el opto por alegrarse en medio de la situación y declaro con toda confianza que Dios es su fortaleza.
No estamos exentos de pasar pruebas o tiempos difíciles como vemos en estos ejemplos, en algún momento llegaran estos tiempos y está en nosotros decidir confiar en aquel que nos llamó para toda buena obra y decidir adorarlo no importando las circunstancias.
A todos nos toca de tanto en tanto enfrentar tiempos difíciles, pero la persona que confía en el Señor sabe que incluso en medio de una tragedia Dios lo acompaña hasta el final.
Decidamos confiar.