Premier González
Recuerdos, en este momento ve a varios años atrás en tu vida y que tu memoria te lleve a esos días donde no todo fue tan bonito. Por un instante fui a uno de esos días, recordé cuando muy pequeño jugaba con mi hermano en el patio de nuestra casa y hacíamos carreras, el siempre ganaba era muy veloz. Hasta que un día noté que por primera vez gané la carrera, tan enfocado estaba en lograrlo que cuando lo logré, al mirar atrás vi a mi hermano con seis años en el suelo. Se cayó y allí se dio un golpe en su cara, el cual sus lágrimas evidenciaban el dolor de las raspaduras en su rostro. Rápidamente mis padres y yo fuimos a socorrerlo y mientras veía a mis padres ayudando a mi hermano quede muy quieto y tranquilo porque sabía que todo estaría bien ya que ellos habían llegado.
Hoy, digo que cuando sentimos caer y que no encontramos solución a los problemas, Dios está presente para socorrernos. Depende de nosotros poder permitir que Dios haga lo que tiene que hacer. Con apenas 10 años, no supe que hacer, pero al ver a mis padres llegar sentí la tranquilidad que necesitaba.
Ahora cuando llegan esos momentos de fe, puedo permanecer quieto y ver que mi padre, el Dios de toda gloria vendrá al rescate de su hijo.
Te insto a que puedas ver a Dios más allá de un ser supremo, a que lo veas como un padre que ama a su hijo y así como los míos llegaron a tiempo al socorro de mi hermano. Dios lo hará contigo en el momento que no puedas más, él siempre está presente.