(Foto/Archivo)
Josean y Ratsel Miranda
Hace unas semanas, Alexandra y yo vimos la película Luca; estoy segura que muchos padres de niños pequeños saben de qué estoy hablando (y de niños no tan pequeños también). Muy buena historia y con una enseñanza importante para nuestra niñez y adultos de igual forma. No voy a entrar en debates de si piensas que la película abarca otros temas o no. Cada padre ve y estudia la película y la discute con sus hijos, de acuerdo a su conocimiento y sus valores.
Mi punto es solo hablar de “silenzio bruno”. En la película uno de los personajes motiva al personaje principal a que cada vez que el tenga miedo a enfrentar o llevar acabo algo, se dijera a si mismo “silenzio bruno” (somos nuestros principales enemigos). De esta manera, el personaje callaba la voz en su cabeza que le infundía miedo y le impedía seguir adelante.
De igual manera, en la Palabra de Dios encontramos muchísimos ejemplos para emular, en los cuales podemos ver cómo Dios una y otra vez nos manda a declarar su Palabra, sus bendiciones, sus promesas y su victoria en la cruz, como también nuestra. Hemos recibido el regalo de la salvación y vida eterna a través de Jesús para gozar de sus beneficios aquí y ahora.
Hasta el mundo de la cinematografía reconoce la importancia de nuestros pensamientos y declaraciones. Así que, cada vez que el enemigo quiera impedir que sigas adelante con los depósitos de Dios en tu vida, mándalo a callar y dile “silenzio bruno” porque el que está contigo y conmigo es más grande que el que está en el mundo; 1 Juan 4:4.
Todo lo podemos en ÉL que nos fortalece, Fil 4:13.