Zulmari Nieves
Capellana, escritora y autora
Esta vida no es “rara”, es tejida por Dios, en donde podemos encontrar señales que nos aciertan nuestro destino y nos ayudan a dirigirnos a él. Cuando Dios se viste de tu “camarada” personal para colaborar en cada paso de tu vida, llega a través de nuestra preparación y relación con Dios, la que necesita ser cultivada día a día. Así podremos ver y entender mejor el plan que Dios nos ha dado. Una relación personal donde comienza a existir tú y Dios.
Pero como toda persona que interesa que asista algún compromiso o actividad que quieras realizar, de la misma forma deberás de hacerle una invitación a Dios. Mientras más tú te acerques a él, de seguro él abrirá cada puerta en tu vida.
Acercándote a Dios -a través de su palabra- te dejará ver lo hermoso de la vida. Y se dará la voluntad de Dios ejerciendo su poder sobre ti.
Dejar que Dios entre a tu vida, te dará los mejores resultados, realzando tus sacrificios y esfuerzos los que te serán recompensados. Cree en Dios y confía. Él te está esperando.
He logrado oír tus reclamos de tus insistentes golpes sobre mi puerta. No desvanezcas ante el deseo, que sé que habrá, ya pronto se abrirá. Con tu insistente golpear, no has podido ver el color de la puerta, no has visto el hermoso jardín que he preparado antes de que llegaras a la puerta. Has ido tan de prisa que no has observado las luces brillantes que he puesto en cada escalón, para dirigirte el camino; hasta has caído al ir tan rápido.
Detente para que puedas ver y admirar todo ese bello paisaje, antes de llegar a la puerta.
Te he escuchado, tardaré un poco antes de abrir la puerta. Para que logres admirar lo que he construído para ti.
Sí, hijo mío, estás tocando en la puerta correcta; detrás de ella estoy yo. No sigas de largo, no te vayas, solo quiero que en cada paso que vuelvas a dar te detengas para que con tu mirada puedas amar y admirar lo que he dejado. ¿Por qué vas tan deprisa si no hay por qué? Detente.
Cómo podrás disfrutar lo que hay detrás de la puerta, si en tu caminar no has aprendido a disfrutar el principio de lo que te he ofrecido. Así que vuelve a girar tu mirada y disfruta de lo que allí deje para ti. Luego vuelve a mí y cuando ya tus golpes en mi puerta sean suaves y pausados entonces abriré la puerta para ti.
Éxodo 4: 12 Y el respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.
1 Timoteo 2:12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio.
¡Qué reine la paz de Dios entre los hombre! ¡Un Dios de todos y para todos!