Por Mark Nieves de Cine Geek (cinegeek.net)
La franquicia Mission: Impossible ha sido sinónimo de acción de alto nivel durante casi tres décadas. Desde su inicio en 1996, ha evolucionado con inteligencia y ambición. Con The Final Reckoning, Tom Cruise y el director Christopher McQuarrie presentan lo que podría ser la última misión de Ethan Hunt.
Aunque no alcanza el estatus icónico de Fallout, esta entrega combina emoción, nostalgia y una sensación constante de peligro. Es una película diseñada tanto para fans veteranos como para una nueva generación de espectadores.
Inteligencia artificial y tensión global
En esta ocasión, Ethan Hunt y su equipo enfrentan a «la entidad», una inteligencia artificial rebelde capaz de manipular información a escala global. El tema de la IA le da al filme un tono actual y alarmante, alejándose de las típicas amenazas físicas para plantear una más abstracta pero no menos peligrosa.
A diferencia de entregas anteriores, esta funciona como una secuela directa. Es altamente recomendable haber visto Dead Reckoning Part One para comprender plenamente la trama. Aunque se ofrecen recapitulaciones, llega un momento en el que el exceso de información hace que uno desee que la acción comience.
Acción al límite y legado de Cruise
Tom Cruise vuelve a desafiar la lógica con acrobacias extremas, incluyendo una escena en la que cuelga de un biplano en pleno vuelo. También hay persecuciones por túneles, peleas cuerpo a cuerpo y una secuencia submarina que eleva la tensión al máximo. McQuarrie demuestra una vez más su maestría para dirigir acción práctica con claridad visual.
Cruise reafirma su estatus como ícono del cine de acción, dejando un legado marcado por su entrega física, sus riesgos reales y, cómo no, sus ya clásicas secuencias de carrera.
Un tono más sombrío
El filme adopta un enfoque más serio y sombrío que entregas anteriores. Aquí hay menos humor y más reflexión. La amenaza de destrucción global se siente más real que nunca, lo que puede impactar al espectador que espera solo entretenimiento ligero. La comparación con The Dark Knight Rises es válida: el mundo parece estar realmente en juego.
Nostalgia bien empleada, pero con exceso de exposición
El regreso de personajes y referencias a películas anteriores están bien integrados y aportan profundidad. Sin embargo, el primer acto se detiene demasiado en explicar eventos pasados. Aunque comprensible para nuevos espectadores, puede volverse tedioso para quienes han seguido la saga desde el inicio.
El villano, el eslabón más débil
Gabriel (Esai Morales), heredado de la entrega anterior, carece del impacto de villanos anteriores como Solomon Lane o Owen Davian. En un filme tan serio, un antagonista más imponente habría elevado el conflicto.
Conclusión
The Final Reckoning no es la mejor entrega de Mission: Impossible, pero sigue siendo superior a la mayoría de las películas del género. Su duración cercana a las tres horas puede sentirse pesada, pero el espectáculo, la emoción y el compromiso de Cruise justifican cada minuto. Un cierre digno para una saga que ha marcado la historia del cine de acción.