Por: Janery Astacio Marrero
CANÓVANAS – Los primeros años de vida de cualquier ser humano son vitales para su formación como persona. Sin embargo, son muchos los que confrontan dificultades en estas primeras etapas de vida, en donde no pueden desarrollarse de forma plena, provocando así un sinnúmero de problemas sociales que terminan afectando, no solo al individuo, sino a su entorno.
En Puerto Rico, el maltrato a menores parecería ir en ascenso. A pesar de las constantes campañas educativas que promueven la paz y la tolerancia, son sorprendentes los casos que a menudo estremecen la Isla, como el tan reciente caso del niño que apareció malherido en un cilindro de lavadora en Rincón.
Cabe señalar que las formas de maltrato a menores no se reducen a agresiones físicas únicamente, en este renglón entra todo lo que atenta con su desarrollo físico, afectivo y moral. Según estadísticas de la Universidad de Puerto Rico, en la Isla, hasta el año 2005 se reportó un total de 287,203 casos activos de menores maltratados. En el Distrito de Carolina, en particular, se reportaron 15,251 casos durante el mismo período para un promedio de 2,541.83 casos por año.
Sin embargo, en la Isla existen centros, hogares y programas que interceden en la vida de quiénes en algún momento serán los adultos de Puerto Rico, y de los que tanto dependemos para el bienestar de nuestro país. A eso se dedica Hogares Teresa Toda.
Establecido por Las Hermanas Carmelitas Teresas de San José en el Municipio de Loíza en el año 1993, Hogares Teresa Toda es una organización sin fines de lucro que provee hogar seguro a niñas y jóvenes, entre los 6 y 17 años, con el fin de que puedan desarrollarse como mujeres independientes y productivas para la sociedad.
Según la Hermana Carmen Franco, encargada de la formación académica de las participantes, este Hogar se creó con la intención de acoger niñas y adolescentes que se encuentran en necesidad de ser atendidas, a causa de la imposibilidad de recibir la atención adecuada por parte de la familia.
Como parte de los servicios, se les ofrece a las participantes alojamiento, educación, estudios supervisados y tutorías, transportación, servicios médicos y dentales, trabajo social y terapias sicológicas, actividades sociales, recreativas y deportivas, pero para ofrecer estos servicios el Hogar se encuentra en busca constante de colaboradores, voluntarios y auspiciadores. “Buscamos los recursos para cubrir los gastos de las nenas, pero nos resulta bien difícil. Todo tiene que ser a base de propuestas y demás”, explica la Hermana, quien estima un gasto mensual de $2 mil por niña.
Actualmente son 23 las niñas que viven en el Hogar, de las cuales 17 son referidas por el Departamento de la Familia (DF), el resto son de la comunidad; es decir, llegan voluntariamente. “(Para ingresar) solicitan una entrevista y si realmente la niña quiere estar… porque una de las cosas fundamentales es que la niña quiera estar en el Hogar… No tenemos a nadie por obligación; las que quieran estar, pues están”, explica Franco.
Si bien es cierto que las provenientes del DF reciben ayudas del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), son muchos más los gastos en los que se incurren, si de proveerles todo lo necesario se trata.
El día a día de las niñas
Las mayores se levantan a las 5:00 am, dejan todas sus cosas en orden y hacen unos minutos de oración, desayunan, y a las 6:30 salen para el colegio, La Academia del Carmen en Lomas de Carolina.
Al llegar en la tarde, se duchan y de 4:30 pm a 6:30 pm toman tutorías, que son auspiciadas por el Programa Homeless, pero según Franco, el programa “no está funcionando”, refiriéndose a que aún no comienzan a ofrecer los servicios a pesar de que las clases comenzaron hace cerca de un mes.
A las 6:30 pm cenan, y de 7:00 pm a 8:30 pm tienen un periodo de recreación, para el cual es tan necesaria la ayuda voluntaria de recursos que puedan ofrecerle talleres, charlas, deportes y cualquier actividad relacionada a la diversión.
“Los fines de semana las de la comunidad se van a su casa, porque no queremos que pierdan sus raíces.”, explica Franco, ya que el Hogar persigue la reintegración de la menor a su hogar biológico en la manera que esto sea posible y se haya trabajado para que el entorno sea propicio, “pero la mayoría prefiere quedarse (en el Hogar)”, añadió la Hermana.
Para contribuir de la manera que le sea posible, puede llamar al (787) 886- 2060 o escribir a hogaresteresatoda@yahoo.com. Para hacer un donativo, la cuenta está en el Banco Popular de Puerto Rico, #013-222783. Para más información visite www.hogaresteresatoda.com.
Las cifras que aparecen en este artículo fueron tomadas de www.teresatoda.com.