Por: Dr. André Colón Pérez, Quiropráctico/ Para Presencia
dr.andrecolon@hotmail.com
Toda persona ha experimentado algún tipo de estrés en su vida. Algunos desde el vientre de su madre, otros al momento de nacer, y otros con los golpes que nos da la vida diaria… “no tengo suficiente dinero”, “¿esto me pasa a mí nada más”, “choqué el carro”, “nadie me entiende”, ante la cercanía de fenómenos atmosféricos etc.
Existen varios tipos de estrés entre los que se encuentran: el estrés físico, estrés químico y estrés emocional.
ESTRÉS FISICO: Se refiere a cualquier tipo de caída, golpe, lesión, accidente y el proceso de nacer. El pasar por el canal vaginal o por cesárea, le causa estrés físico al cuerpo de un bebé. También las malas posturas, el estar sentados o de pie por mucho tiempo, movimientos constantes y repetitivos mal hechos, falta de ejercicios y dormir inadecuadamente.
ESTRÉS QUÍMICO: Se refiere a todo lo que ingiere su cuerpo a través de la comida, bebida (sodas y alcohol), medicamentos, drogas, y hasta factores externos, como la contaminación, hongos, polvos, etc. La capacidad del cuerpo humano de resolver situaciones internas como procesos digestivos y el combatir enfermedades con el sistema inmunológico.
ESTRÉS EMOCIONAL: Se refiere a todo lo que nos afecta a nivel consciente o inconsciente que el cuerpo puede o no percibir; por ejemplo el estado de su salud, factores familiares y económicos, situaciones en el trabajo y en el diario vivir. Este a su vez, en combinación con el estrés químico, se refleja a nivel físico y de ahí es que vienen muchos dolores, condiciones y enfermedades. Hay ocasiones en las cuales muchas personas experimentan la combinación de los tres tipos aquí mencionados y su cuerpo sufre una sobrecarga.
La quiropráctica puede ayudar de manera directa e indirecta con todos los tipos de estrés, a través de manipulaciones, “ajustes quiroprácticos”, ejercicios y recomendaciones nutricionales como suplementos naturales entre otras cosas. Se puede añadir terapia física, masajes, acupuntura y visitar a un profesional de salud mental para trabajar en equipo por el bienestar del paciente. El quiropráctico ve al cuerpo humano como un todo; cuerpo, mente y espíritu.
La quiropráctica a nivel físico ayuda a relajar músculos tensos, disminuir dolores y corregir posturas. A nivel químico ayuda al sistema inmunológico a funcionar mejor y el cuerpo puede combatir más fácil algún tipo de virus o ataques. Y en el ámbito emocional, le ayuda a tener una mente más clara al recibir mayor oxígeno hacia su cerebro y usted podrá tomar mejores decisiones. Como se solía decir: “mente sana, cuerpo sano”.
En fin, la quiropráctica ayuda a tratar tanto el estrés como condiciones más profundas, tanto así que hasta puede llegar a convertirse en un estilo de vida.