Karinna Bejarano
Si esperamos lo que no vemos con paciencia lo aguardamos (Romanos 8:25).
Dios nos ha dotado de dones suficientes para superar una dificultad, pero a veces carecemos de paciencia para sobrellevarla.
A Nehemías le fue encomendada la misión de restaurar los muros, observamos en el capítulo 3 que fue una ardua tarea no solo para Nehemías sino también para los israelitas, restauraron mano a mano.
Y este capítulo no describe en un solo momento a ninguno de todos los allí mencionados “quejándose por el trabajo”. Trabajaron uno junto al otro enfocados únicamente en el sector que les correspondía.
Esto me puso a pensar por que hoy en día el país se encuentra en reconstrucción, no se cual haya sido tu caso, pero posterior a María (huracán) muchos nos vimos afectados de alguna forma y hemos tenido que aprender a ser pacientes y a darnos la mano el uno a otro.
Muchos nos desesperamos por carecer de algún tipo de comodidad y afloraba la queja, otros sin embargo decidieron ser pacientes y agradecidos por el simple hecho de estar con vida.
Definitivamente, María cambio muchas cosas y todavía estamos en reconstrucción.
Muchas familias tuvieron que enfrentar dificultades médicas, financieras, tal vez con los hijos y estas situaciones pudieron lograr derribar un muro que debe ser reconstruido.
La paciencia es la capacidad que poseemos para tolerar, atravesar o soportar una determinada situación sin experimentar nerviosismo, ni perder la calma. La Biblia dice en Colosenses 3:12: ‘Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos amados de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia’.
Reconstruyamos no solo el país de forma física, sino también reconstruyamos relaciones, tengamos paciencia los unos con los otros y sobre todo reconstruyamos nuestra relación Dios.
Es tiempo de reconstruir muros con paciencia.
