Dr. Carlos y Vidalina Echevarría
Psicólogos, pastores y consejeros cristianos
Ya llegó la Navidad y con ella los recuerdos de momentos pasados en familia tanto los buenos como los no tan buenos. Rememoramos las reuniones familiares llenas de anécdotas de risas, los dramas, las canciones, las parrandas, los matutinos, el asopa’o, la alegría y también los momentos de llanto y dolor. Es una época donde todo evoca al recuerdo y también a la gratitud.
¿Por qué gratitud? porque no importando la clase de vida que nos haya tocado vivir estamos vivos y llenos de expectativas y experiencias de crecimiento para el año nuevo que se avecina. Gratitud porque este año si podemos disfrutar de una brillante navidad con la luz terrenal y agradecemos a todas esas personas que con su esfuerzo y sacrificio trabajaron para que nosotros disfrutemos de ese privilegio esta navidad.
Recordemos que la luz siempre estuvo con nosotros, pero no la luz hecha por él hombre, que es pasajera. En Isaías 9:2; el profeta anuncia el reinado y nacimiento del Mesías que habría de venir para un pueblo que andaba en tinieblas. Jesús es la luz eterna, esa que nunca deja de ser que estuvo y sigue estando con nosotros siempre alumbrando a los que buscan su luz (Juan 8:12).
Recordemos que el verdadero mensaje de la Navidad es que llegó a nosotros el regalo de la luz del mundo. Que Dios dejó su trono de gloria con el propósito de morir en la cruz del calvario por nuestros pecados. Murió para alumbrar nuestro camino y hacernos a su vez luz para alumbrar el camino de otros hacia Él para que también sean hijos de luz (Juan 12:35-36).
Generalmente relacionamos Navidad con luces y adornos, pues te instamos a que alumbres y adornes tu vida y la de los tuyos con la luz de la primera Navidad, con la luz de Cristo. Invita a otros a compartir contigo el regalo del amor de Dios al mundo y a recordar juntos el propósito del nacimiento del Mesías (Juan 3:16). Mira a tu alrededor y busca alumbrar con tu amor y amistad a alguna persona en esta Navidad. Regala amor y amistad a otros.
Dios te bendiga rica y abundantemente. ¡Feliz Navidad!