Por: Eduardo Peraza
“Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo”, 1 Reyes 17: 2-6.
Siempre se ha dicho que a Dios no hay que entenderlo, hay que obedecerlo. El profeta Elías, el ungido de Dios para los tiempos que el pueblo de Israel vivía una decadencia moral y espiritual, fue llamado por el eterno Dios para una misión. Hacer volver que el pueblo escogido abandonara su idolatría, pecados y desenfreno, hacia su presencia y buscar los propósitos de Jehová de los ejércitos. Esto no tiene que ver nada con los cuervos ni con alimento, pero si con el hombre de Dios, su condición, de dependencia y la obediencia que lo llevaría a un nivel mayor de unción y poder de Dios.
Los cuervos animales impuros para el pueblo de Israel, no eran bien vistos por lo que ellos habían aprendido. El Señor también le podía enviar alimento con una persona, o si fuera en los tiempos modernos le hubiera provisto un teléfono celular con internet para que hiciera la orden de comida online. Pero el Señor lo que quería era enseñarle que donde él lo enviaba con él iba la provisión. Hacia donde Dios nos dirija ahí estará su atención, su cuidado y su protección.
En este caso los cuervos representan la provisión de Dios, la dependencia del Señor. En mi caso yo he dado Gloria a Dios por los “cuervos” que el Señor me ha enviado en algún momento con su provisión. El simple hecho que yo sea un ministro de Dios no significa que no estoy exento de que en algún momento pueda pasar necesidades. De hecho todos los días necesito. Necesito de Dios, de su palabra, de su amor, de su presencia. También necesito alimento, pagar los servicios que son básicos y necesarios para vivir y así una lista de cosas que son necesarias.
No podemos ver las cosas como el mundo las ve. Y siempre tenemos que estar dispuestos a que Dios nos revele en su manifestación, las cosas que para el hombre son irracionales, pero para él tiene una causa y un propósito que al final se llama bendición. Yo doy gracias por los cuervos que Dios ha enviado, y enviará.
Hoy te compartimos este versículo:
“Bendeciré a esta ciudad con abundancia de alimentos; hasta los pobres tendrán alimento suficiente.” Salmo 132: 15 (Biblia PDT)