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Col 3:3: Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Jesús les dijo a sus discípulos el que quiere seguir en pos de mí, niéguese así mismo , tome su cruz y sígame. Una vez aceptas a Jesús como tu único salvador personal, debes andar como el anduvo.
Pero ese andar no es uno cualquiera. Hay que andar en sus pasos, como el anduvo, vestidos de humildad, misericordia, paciencia y amor. Que nuestras obras las vea el mundo y glorifiquen al Padre que vive en nosotros. Todo lo debemos hacer para su gloria y honra, sabiendo que recibiremos la recompensa allá en la eternidad.
Así que cuando estaba en mi casa sentado en el sofá que uso para orar y leí este verso de
Colosenses, pensé que el yo estar escondido en Cristo es como la gaveta que veía frente a mí. Yo no sabía que había adentro, solo veía su exterior. Así cuando vivimos en intima comunión con él, las personas ven en nosotros a Cristo y no a nosotros. Porque tenemos este tesoro en vasos de barro para que la excelencia sea de Dios, que nos amó y nos salvó.
Pablo nos dice que todo lo que hacemos sea para la gloria de Dios, de quien recibiremos
recompensa. Por lo tanto, despojémonos de todo peso de pecado y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.
La gloria del cristiano es ser como Cristo, ser a la medida y estatura del varón perfecto, Cristo
Jesús. Y para lograrlo hay que estar juntamente crucificado con Cristo. Y así ya no vivo yo más vive Cristo en mí.
Por Eli Samuel Sánchez De Jesús